En los últimos 6 años Manos Unidas ha realizado 359 proyectos para apoyar a los pueblos indígenas de 18 países de Asia, América y África por un importe de 31.460.391€.
Los lencas de Honduras, los tribales de India o los pigmeos de Burundi, son ejemplos de algunos pueblos indígenas que Manos Unidas apoya con sus proyectos de desarrollo.
La lucha y defensa por los derechos de los pueblos indígenas desencadena persecuciones y asesinatos.
El 9 de agosto se celebra el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, una fecha especialmente importante para Manos Unidas, que, desde su nacimiento, ha apoyado a cientos de miles de personas de hasta 222 etnias de pueblos indígenas, tribales y nativas de todo el mundo con el objetivo de que se respete su identidad y sus derechos, recogidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DDPI). Y es que, estas poblaciones, más de 400 millones de personas repartidos por más de 70 países, que hablan más de 5.000 lenguas (el 75% de los idiomas conocidos) y han contribuido a la historia de la humanidad.
Sin embargo, los indígenas sufren en nuestros días el rechazo, los abusos, la discriminación y la invisibilización hasta el punto de verse amenazados en su identidad y en su misma existencia. De hecho, constituyen el 15% de los pobres del mundo, representan un tercio de las personas que viven en extrema pobreza en áreas rurales y sufren desplazamientos forzosos, acentuados por la globalización económica y los efectos del cambio climático.
En los últimos 6 años, Manos Unidas ha realizado 359 proyectos para apoyar a los pueblos indígenas de 18 países de Asia, América y África por un importe de 31.460.391 €: 197 proyectos en Asia (Bangladesh, Filipinas, India y Vietnam) por un importe de 9.141.990 €, 155 proyectos en América (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú) por 21.998.655 € y tres proyectos en África por un importe de 319.746€ (Burundi, Camerún y Kenia).
La mayor parte de los proyectos relacionados con indígenas apoyados por Manos Unidas tienen relación con el derecho y protección de sus territorios; la salvaguarda de sus recursos naturales, hábitat y medio ambiente; su seguridad y soberanía alimentaria y su derecho a la alimentación; el respeto y protección de sus valores, creencias, tradiciones y modelos de producción sostenibles; su derecho a la salud y a la educación e incluso, su derecho a evitar el contacto con otras personas en el caso de tribus aisladas de la Amazonía.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrentan estas poblaciones son los grandes proyectos económicos (agroindustria, recursos energéticos e infraestructuras) que se ejecutan en sus territorios y que suelen tener como resultado la degradación del medio ambiente del cual depende su supervivencia; la violación de sus derechos humanos, especialmente de sus territorios y la exclusión de los beneficios económicos. A esta situación se suma la presión a la que se ven sometidas las personas e instituciones que denuncian esta realidad y defienden a los pueblos indígenas, que sufren amenazas, persecuciones y agresiones que llegan hasta el asesinato, como ha ocurrido recientemente con el asesinato de Berta Cáceres y su compañero Nelson García en Honduras o de Cloudione Souza, indígena kaiowá asesinado en Mato Grosso do Sul (Brasil) y cuyo pueblo está siendo apoyado por el Consejo Indigenista Misionario (CIMI), socio local de Manos Unidas en el país.
Ejemplos del trabajo de Manos unidas en los pueblos indígenas
BURUNDI: Aunque al hablar de indígenas casi siempre pensamos en otros continentes, África tiene numerosas tribus y pueblos que siguen sufriendo discriminación y que, en muchos casos ven amenazada su existencia. Uno de estos pueblos son los pigmeos o batwas. En Burundi, uno de los países más pobres de África y del mundo, los pigmeos, que suponen el 1% de la población, sufren la marginación social y carecen de censos y reconocimiento oficial, aunque el gobierno está escuchando las voces de quienes, como la Iglesia católica, reclama su reconocimiento. Este pueblo fue expulsado de los bosques en los que vivían en 1992 y debido a la guerra civil que sufrió el país (1993-2005), sus familias se han visto dispersadas y ahora viven en zonas no aptas para la agricultura y de difícil acceso, en chozas de paja y barro, y su medio de vida depende de la alfarería y de una muy elemental agricultura de subsistencia.
La Organización Action Batwa, creada en 1999 por los Misioneros de Africa (Padres Blancos) en la Archidiócesis de Gitega, tiene como objetivo principal defender los derechos de estas personas y lograr su integración en la sociedad consolidando su sedentarismo, escolarizando a los niños, mejorando su atención sanitaria y facilitando su formación profesional. Junto a Manos Unidas han desarrollado un “Programa de Seguridad Alimentaria” que ha facilitado la administración de un terreno de 25 hectáreas y la formación agropecuaria necesaria, para beneficiar a 500 familias de 20 poblados, logrando mejorar la nutrición y la salud de esta población, todo con una inversión de 18.529 €.
HONDURAS: Las condiciones de desigualdad y exclusión social en Honduras son factores que acentúan la pobreza en la que vive aproximadamente el 80% de la población. En el área rural la situación de la población es aún más precaria por la falta de condiciones mínimas que permitan a las familias alcanzar mejores condiciones de vida. La región lenca, situada en la zona suroccidental de Honduras en su frontera con El Salvador, tiene uno de los índices de pobreza más altos del país. Esta región se enfrenta a graves problemas territoriales por la instalación de grandes proyectos empresariales que implican el despojo de la tierra a los pequeños agricultores y, aunque la región lenca es rica en recursos naturales, tiene sus infraestructuras y servicios muy abandonados.
La defensa y fortalecimiento de las poblaciones campesinas del pueblo lenca es el objetivo del proyecto de “Autogestión productiva y comercial de comunidades rurales organizadas”, que Manos Unidas acaba de realizar junto a su socio local ADROH (Asociación para el Desarrollo de Honduras) y que ha beneficiado a unas 300 familias pertenecientes a 18 Unidades de Base Agrícolas de 13 comunidades de los municipios de la Iguala y Gracias en el Departamento de Lempira. Este proyecto, con una inversión de 90.990 €, ha contribuido a la soberanía alimentaria de la población y ha mejorado los ingresos familiares a través de iniciativas económicas comunitarias. Todo ello con un enfoque agroecológico y de equidad de género.
INDIA tiene una población tribal de más de 104,4 millones de personas (el 8.6% del total), lo que lo convierte en el país con más pueblos tribales del mundo. Las diferentes tribus, conocidas desde 1930 como adivasis ocupan, aproximadamente, un 15% del territorio, sobre todo en el conocido como “Tribal belt” (cinturón tribal), que comprende desde el oeste del estado de Guyarat hasta el este del estado de Nagaland, pasando por Rajasthan, Maharashtra, Madhya Pradesh, Chhattisgarh, Jharkhand, Orissa, West Bengal y Assam. La constitución india reconoce 645 tribus y al contrario de lo que mucha gente piensa, están al margen del tradicional sistema de castas indio. Esta población es la más pobre del país, dependen de la caza, la agricultura y la pesca y mantiene su propia cultura y normas sociales y religiosas diferenciadas de la religión védica histórica. Principalmente son animistas prehinduistas, con una cosmovisión en la que las entidades no humanas tienen esencia espiritual. Aunque cuentan con programas federales de ayuda, ésta generalmente no llega a los beneficiarios ya que sufren el desprecio de la mayoría de los funcionarios estatales que, impregnados de corrupción, logran finalmente quedarse con esas ayudas.
Manos Unidas ha apoyado en India 189 proyectos de los 197 realizados especialmente con población indígena en Asia. Uno de ellos es el “Programa de salud integral” desarrollado recientemente en 16 aldeas adivasis del distrito de Hazaribag (Jharkhand) junto a nuestro socio local “Jaher” (Jharkhand Adivasi Health, Education and Rural Development Society). Allí se llevan años realizando labores integrales de desarrollo y se ha detectado, como necesidad principal, reducir la mortalidad por malaria y enseñar a la población medidas prácticas de prevención, además de promover el uso y producción de hierbas medicinales. El proyecto, con una inversión de 21.588 €, ha beneficiado directamente a 2.500 personas a quienes se ha ofrecido formación para crear una red de “voluntarios de la salud” que ofrecen talleres, campamentos de vacunación y chequeos médicos.