El PSOE disimula su rebaja de la malversación con penas mayores para quienes se queden lo robado.
Vox da el paso y busca «un candidato neutral» para una moción de censura tras el golpe de Sánchez.
Que Sánchez anuncie un asunto como el de la malversación en el corrillo de una festividad nos da una idea del personaje y su catadura democrática y moral, que tendrá necesariamente que ser corregida posteriormente ante los tribunales de Justicia.
Jugar por conveniencia personal con un delito como la malversación, lisa y llanamente corrupción del dinero público, tan castigado en los países de la Unión Europea y en otros estados como Japón, Canadá, EEUU y hasta Corea del Sur, es un ejercicio tan arriesgado como irresponsable. A ningún dirigente en su sano juicio se le ocurriría entrar por ese túnel oscuro. Sánchez, acto seguido de anunciar que está dispuesto a coger ese toro astifino, señala que «siempre y cuando no afecte a la corrupción…».
¿Está en sus cabales este doctor de tres al cuarto? Si estás derogando el delito de malversación, estás abriendo un portalón a que el dinero público se pueda utilizar para cualquier cosa que no sea la justa. Si derogas ese delito, es como decir al contribuyente -propietario de esos caudales- «oye, majete, que el dinero que te hemos quitado ahora es mío y puedo hacer con él lo que me venga en gana».
Sucederá, si se perpetra definitivamente este dislate antidemocrático, como con la ley del sólo sí es sí: beneficiará a los corruptos y malversadores. Le traen al pairo los avisos de unos y otros de que se abre una puerta de dimensiones incalculables. Que malversar no sea delito, o menos, en manos del que llegó al poder mediante una extraña sentencia contra la corrupción de sus adversarios y se comprometió a combatirla sin remilgos, sólo puede tener una explicación o dos. La primera que, en efecto, sus socios independentistas republicanos lo hayan exigido sí o sí, o que pretende librar de la cárcel a sus correligionarios corruptos del PSOE andaluz. La impresión del columnista es que eso va por el Llobregat, por un lado, y el Guadalquivir por otro.
A mi entender, este asunto capital para la honradez y limpieza de la democracia española es algo que bajo ningún concepto los electores pueden olvidar en las urnas.
GRACIANO PALOMO
Publicado en okdiario
10 de diciembre 2022