La región colabora en esta actuación a través del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados –IMDEA- Energía.
Esta iniciativa pretende producir hidrógeno verde a partir de energía solar mediante un novedoso proceso de electrolisis.
El hidrógeno verde puede usarse como combustible, así como fuente de energía que nutra la red eléctrica.
30 de marzo de 2021.- La Comunidad de Madrid, a través del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) de Energía está colaborando en el arranque internacional del Proyecto Europeo PROMETEO. Se trata de un desarrollo altamente innovador que pretende optimizar la producción de hidrógeno verde mediante el aprovechamiento máximo del calor y de la energía producida a partir de fuentes renovables, en concreto de la energía solar.
Esta iniciativa puede convertirse en una solución definitiva para el problema que encuentra en estos momentos el uso de hidrógeno verde en los procesos industriales, que es la dificultad de suministrar de manera constante electricidad renovable. Para hacer frente a este reto el proyecto PROMETEO propone un sistema innovador basado en la combinación del calor renovable y la electricidad para realizar electrolisis a alta temperatura de forma continua.
En concreto, utilizará la tecnología del óxido sólido para construir un prototipo de electrolizador de 25 kWe (kilovatios eléctricos) capaz de producir 15 kg de hidrógeno al día. El prototipo del sistema será modular, con el potencial de ser reproducido a escala industrial de MWe (megavatios eléctricos).
PROMETEO está dirigido por un consorcio multidisciplinar de socios europeos de los sectores de la investigación y la industria, coordinado por la Agencia Nacional Italiana de Nuevas Tecnologías (ENEA). La empresa madrileña Capital Energy será la encargada de instalar y operar el prototipo diseñado durante el proyecto en una de sus instalaciones fotovoltaicas, mientras que el Instituto IMDEA Energía modelizará el prototipo y se encargará de su integración con las fuentes renovables, en colaboración con la propia ENEA, la Fondazione Bruno Kessler (FBK) de Trento, la Escuela Politécnica Federal de Lausana EPFL de Suiza y la empresa SolidPower.
El proyecto ha recibido una financiación de 2,5 millones de euros por parte de la Comisión Europea, que han sido aportados por la plataforma público-privada «Fuel Cells and Hydrogen Joint Undertaking».