(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha canonizado la mañana del 4 de septiembre, en la plaza de san Pedro, a la Madre Teresa, Gonxha Agnes Bojaxhiu. Banderas de todo el mundo, especialmente de la India y Albania, daban color a una plaza donde miles de personas entusiasmadas querían ser testigo de la canonización de esta gran mujer, querida y admirada en todo el mundo.
Nació en Skopie el 26 de agosto de 1910, quinta y última hija de los padres albaneses Nikola y Drane Bojaxhiu. Fue bautizada el día siguiente y recibió la primera comunión con 5 años y medio. Tal y como ha recordado el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, al leer la biografía de la Madre Teresa, en 1928, deseando ser misionera, ingresó en la Congregación de las Hermanas de Loreto (IBVM) en Irlanda. Llegó a la India en 1929, emitió los primeros votos en mayo de 1931 y los votos perpetuos en mayo de 1937. Durante los veinte años que pasó en la India dedicándose a la enseñanza, se distinguió por la caridad, el celo, la entrega y la alegría.
El 10 de septiembre de 1946, recibió de Jesús la llamada “a renunciar a todo y a servirlo en los más pobres entre los pobres”. En 1948 obtuvo el permiso eclesiástico para iniciar su apostolado en los bajos fondos de Calcuta. Las Misioneras de la Caridad (MC) fueron erigidas como Congregación religiosa de derecho diocesano el 7 de octubre de 1950, y elevadas a Congregación de derecho pontificio el 1 de febrero de 1965. El carisma propio de la Congregación es saciar la infinita sed de Jesús de amor y de almas, entregándose por la salvación y santificación de los más pobres entre los pobres.
Para poder extender su misión de amor, la Madre Teresa dio inicio a la rama de los Hermanos MC (1963), de las Hermanas Contemplativas (1976), de los Hermanos Contemplativos (1979) y de Padres MC (1984), así como las asociaciones de colaboradores, de los Colaboradores sufrientes y el movimiento Corpus Christi para los sacerdotes. A su muerte, el 5 de septiembre de 1997, la Congregación contaba con 3.842 religiosas, trabajando en 594 casas en 120 naciones.
Al inicio de la eucaristía, y después de escuchar la biografía de Madre Teresa, se han rezado las letanías y finalmente, Francisco ha leído la fórmula de canonización.
“En honor a la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocando muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santos a la beata Teresa de Calcuta, y la inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrada entre los Santos”.
A continuación, la reliquia, sangre de Madre Teresa contenida en una cruz artesanal de madera, ha sido llevada al altar por una misionera de la caridad, para su veneración.