El Papa saluda a los hermanos obispos, responsables del Apostolado del Mar, representantes de pescadores y del sector sanitario, destacando la importancia de sus misiones y el valor de su trabajo. El trabajo en el mar y en el sector sanitario es valioso y está lleno de sacrificios, pero debe estar siempre acompañado de unidad, compasión y el cuidado mutuo, les dijo y agregó que la familia es esencial para mantener el equilibrio emocional y espiritual de los trabajadores.
Ciudad del Vaticano, 23 de noviembre 2024.- El Papa Francisco recibió esta mañana a los Obispos presentes, a los responsables del Apostolado del Mar en Italia, a los representantes de los pescadores, de las asociaciones profesionales y de los sindicatos; y saludo a los participantes en la Conferencia internacional Universalidad y sostenibilidad de los servicios sanitarios nacionales en Europa, celebrada ayer viernes 22 de noviembre en la Universidad Lateranense. El trabajo en el mar y en el sector sanitario es valioso y está lleno de sacrificios, pero debe estar siempre acompañado de unidad, compasión y el cuidado mutuo. Además, la familia es esencial para mantener el equilibrio emocional y espiritual de los trabajadores.
La pesca requiere trabajo en equipo
Se dirige primero a los pescadores, recordando que su labor, a pesar de ser ardua y enfrentarse a dificultades como la competencia desleal y los costos crecientes, se caracteriza por la perseverancia y la unidad, elementos esenciales para el éxito colectivo.
“El vuestro es un trabajo duro, que exige sacrificio y tenacidad, frente a los retos de siempre y a nuevos problemas urgentes, como el difícil relevo generacional, los costes que siguen subiendo, la burocracia que asfixia, la competencia desleal de las grandes multinacionales. Sin embargo, esto no los desanima; al contrario, alimenta otra de vuestras características: la unidad.”
Los invita a ver la pesca como una escuela de vida, donde el trabajo en equipo refleja la vocación cristiana de ser «pescadores de hombres». Y pide a su patrono, san Francisco de Paula, que los ayude desde el Cielo.
El mundo de la salud
Luego, Francisco se dirige al mundo de la salud, resaltando dos puntos clave: el autocuidado de los trabajadores sanitarios, quienes también necesitan apoyo y consuelo por el estrés y el dolor que enfrentan, y la compasión por los más necesitados, particularmente los «descartados» de la sociedad.
“El cansancio de los turnos agotadores, las preocupaciones que llevan en el corazón y el dolor que recogen de vuestros pacientes requieren consuelo y curación. Por eso los exhorto a que no se descuiden, sino que sean cuidadores unos de otros; y a todos les digo que es importante reconocer vuestra generosidad y corresponder a ella garantizando respeto, estima y ayuda”.
Seguir el ejemplo de los Santos
El Papa les anima a mantener la sensibilidad y el compromiso con los más vulnerables, siguiendo el ejemplo de santos como San Juan de Dios o Santa Teresa de Calcuta.
“todos fueron verdaderos «clínicos», es decir, hombres y mujeres inclinados sobre el lecho de los que sufren, como sugiere la etimología del término. Les invito, pues, a animar desde dentro los sistemas sanitarios, para que nadie quede abandonado (cf. Mensaje para la XXXII Jornada mundial del enfermo, 10 de enero de 2024). El Evangelio, que nos enseña a no esconder nuestros talentos, sino a hacerlos fructificar para el bien de todos (cf. Mt 25, 14-30), nos muestra también que, al hacerlo, debemos tener preferencia por los que, habiendo caído, yacen abandonados en el camino (cf. Lc 10, 30-37)”
Finalmente, el Papa recuerda la importancia de la familia, esencial tanto para los trabajadores del mar como de la salud, dado que el apoyo familiar es fundamental para sobrellevar los sacrificios de estas profesiones y para mantener la esperanza frente al dolor y el aislamiento. La familia, subraya, es un «medicina» para el alma y el cuerpo, evitando el individualismo que conduce a la desesperanza.
PATRICIA YNESTROZA