Desde septiembre, en las celebraciones ortodoxas rusas ya no se reza por el patriarca de Constantinopla, y los obispos de ambas iglesias no podrán celebrar juntos. De seguir adelante el conflicto sobre las iglesias ortodoxas en Ucrania, amenazan con «romper completamente la comunión eucarística»
El conflicto entre la Iglesia ortodoxa rusa y el Patriarcado ecuménico de Constantinopla ha escalado en las últimas semanas. La tensión ha llegado hasta el punto de que el metropolita Hilarión de Volokolamsk, responsable del departamento de Relaciones Externas del Patriarcado de Moscú, ha afirmado hace unos días que el apoyo de Constantinopla a los ortodoxos ucranianos que quieren independizarse de Moscú «llevará a la ruptura completa de la comunión» entre ambos patriarcados.
Hilarión hizo estas duras declaraciones el 2 de octubre a la agencia de noticias griega Romfea. Explicaba, también, algunos pasos que ya ha dado la Iglesia ortodoxa rusa como represalia ante lo que considera una injerencia del patriarca Bartolomé en su territorio. Así, el 14 de septiembre, el Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa decidió en una sesión extraordinaria poner fin a que los obispos de ambas iglesias puedan concelebrar juntos.
El Gran Sínodo determinó además eliminar de su liturgia la conmemoración del patriarca de Constantinopla. En la liturgia rusa, solo es preceptivo rezar por al patriarca de Moscú y por el metropolita local; sin embargo, hasta ahora se incluía por cortesía un recuerdo al patriarca ecuménico, considerado un primus inter pares. Un tercer paso dado es retirarse de todas las asambleas y grupos de diálogo ecuménico en los que participe Constantinopla.
De momento se mantiene la comunión eucarística, pero el comunicado de Moscú amenaza con que «en el caso de que el Patriarcado [ecuménico] continúe llevando a cabo estas acciones anticanónicas, nos veremos obligados a romper completamente la comunión eucarística».
Contra la «legalización del cisma» ucraniano
Todas estas decisiones se tomaron como respuesta a la decisión del patriarca Bartolomé de enviar a Ucrania a dos representantes para analizar la solicitud de autocefalia y los pasos que se podrían dar.
La entrevista del metropolita Hilarión a Romfea se publicó el mismo día que comenzaba la reunión del Consejo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa de Grecia en el que se iba a discutir la posición de esta Iglesia sobre la cuestión ucraniana.
En abril, Constantinopla aceptó la solicitud del Gobierno ucraniano de que se conceda la autocefalia a la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Kiev y se cree una única iglesia ortodoxa en el país. Comenzaba entonces un proceso de consulta a todas las iglesias autocéfalas, que ahora ha llegado a la griega.
En la entrevista, el responsable de relaciones externas del Patriarcado de Moscú da por hecho que Constantinopla está dando pasos «con vistas a establecer una Iglesia autocéfala», pero subraya que esta petición no tiene nada que ver y de hecho es contraria a la voluntad de la Iglesia ortodoxa ucraniana reconocida canónicamente; es decir, la dependiente de Moscú.
Esta Iglesia considera al Patriarcado de Kiev cismático, por lo que la decisión de Constantinopla de concederle la autocefalia significaría, según la visión de Moscú, «la legalización del cisma» y que las comunidades vinculadas a la Iglesia ortodoxa rusa perdieran sus templos y bienes.
María Martínez López
(Foto: CNS)