«Los derechos humanos son obligación inexcusable e intransferible de los gobiernos», y no están en función de la persecución de supuestos delitos. Lo afirman los obispos de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Venezuela en un comunicado sobre la muerte violenta de un grupo de rebeldes
Los obispos de Venezuela condenaron la «horrible masacre» que ha supuesto la «ejecución extrajudicial» del expolicía Óscar Pérez y otros seis rebeldes, abatidos el lunes en El Junquito (Caracas).
En un comunicado hecho público este jueves, la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) subraya que «este acto nos pone ante la degradación e irrespeto de la dignidad y los derechos humanos atinentes a cualquier persona».
Pérez había sido inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la policía venezolana. En junio de 2017, se apoderó de un helicóptero, con el que sobrevoló y disparó contra el Ministerio del Interior y el Tribunal Supremo. Desde entonces se encontraba en búsqueda y captura.
Los obispos piden que se explique «la ausencia de fiscales en el procedimiento y la utilización de grupos civiles armados», así como «la falta de resolución pacífica» teniendo en cuenta que, cuando se vio rodeados por las fuerzas chavistas, el grupo rebelde había intentado entregarse.
Así, asumen la versión de los allegados del grupo de Pérez, que han difundido un vídeo en el que se ve a Pérez, con sangre en la cabeza, diciendo «Nos vamos a entregar, no sigan disparando». En cambio, el Ministerio del Interior ha acusado a los rebeldes de enfrentarse a la policía mientras se intentaba negociar la rendición. «Los derechos humanos –recuerdan los obispos– son obligación inexcusable e intransferible de los gobiernos», y no están en función de la persecución de supuestos delitos.
Por ello, exigen que se investiguen los hechos «con la mayor prontitud y objetividad»; que se entreguen los cuerpos de los fallecidos a sus familias, no cremándolos sin permiso, para que se pueda realizar la autopsia; que los tribunales contribuyan a que se llegue a conocer la verdad, y que se garantice «una justicia gratuita, accesible, imparcial, transparente, autónoma e independiente».
También se exige a los ciudadanos que no se acostumbren, «ante la multiplicación de los casos, a las muertes no aclaradas ni investigadas, a la barbarie… La verdad, la justicia, la solidaridad, la libre expresión y la misericordia postulan un comportamiento y una conducta que no nos lleve a vivir en impunidad».
Los obispos concluyen pidiendo que se intensifique la oración «al Señor de la vida por las víctimas, por los familiares, y por Venezuela, a fin que nos conceda a todos la sabiduría necesaria para encontrar caminos de justicia, de verdad y paz».
María Martínez López
Imagen: El expolicía Óscar Pérez,
abatido por un grupo de rebeldes en El Junquito (Caracas, Venezuela).
(Foto: AFP Photo / Iñaki Zugasti)