En Salamanca se han reunido 200 dominicos y dominicas de 50 países del mundo para trabajar “la renovación de su misión a través de la comprensión, la promoción y defensa de los derechos humanos”
Dominicos y dominicas de más de 50 países se han reunido en Salamanca, España, del 1 al 5 de septiembre para trabajar “la renovación de su misión a través de la comprensión, la promoción y defensa de los Derechos Humanos”.
El congreso es una de las actividades principales del octavo centenario de la Orden de Predicadores. La presencia de los más de 200 participantes “pone de relieve el interés de los dominicos y dominicas en potenciar su histórica labor en la promoción y defensa de los derechos humanos”.
Así lo indica un comunicado publicado en su página web, en la que además explican que inspirados por ejemplos como Pedro de Córdoba, Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria, así como de otros dominicos del siglo XVI de la Escuela de Salamanca, “la familia dominicana quiere seguir trabajando por la defensa de los pueblos oprimidos”.
Por otro lado, se recuerda que haciendo hincapié en la necesidad de reconocer y proteger los derechos de los pueblos indígenas del “nuevo mundo”, Vitoria, con sus hermanos, “sentó las bases del derecho internacional y la necesidad de cooperación de la comunidad internacional, que inspiró a los fundadores ONU y a muchos otros hombres y mujeres, que luchan por la dignidad de la personas”.
De este modo, el trabajo que durante estos días han desarrollado misioneros, misioneras, miembros del mundo académico y de instituciones sociales ha dejado una lista de compromisos a realizar. En primer lugar “reafirmar como una parte integral del carisma de la Orden de Predicadores la misión de la justicia y la paz”.
También “integrar la enseñanza social, la defensa de los derechos humanos y los derechos de la Tierra en la formación de la familia dominicana” y “adoptar el «Proceso de Salamanca», para dirigir el estudio, la investigación y el trabajo, con el objetivo de abordar las cuestiones críticas que presenta el mundo”.
Además apuestan por “crear y mejorar las redes de líderes, personas que trabajan sobre el terreno y colaboradores”. Y “mejorar las estructuras de comunicación y el uso de tecnologías de manera efectiva”. Otro de los compromisos es “transformar las estructuras de la familia dominicana que trabajan en conjunto para ser agentes de cambio, que aborden las causas profundas de la injusticia”. Así como “fortalecer los lazos con presencia dominicana en las Naciones Unidas y colaborar con la organización de otros derechos humanos en los niveles locales, regionales, nacionales e internacionales”.
También quieren “estar en solidaridad con los hermanos y hermanas en los que su experiencia de la misión es excepcionalmente difícil y peligrosa debido a factores políticos, religiosos o económicos”. Y finalmente, al igual que los primeros dominicos y dominicas, “apoyar a los que toman una posición controvertida contra las estructuras actuales de poder que oprimen y causan violencia a las personas”.