Continúa la misión conjunta de Mediterranea Saving Humans y la Fundación Migrantes. Migrantes desembarcados entre Lampedusa y Pozzallo, entre ellos mujeres y niños.
26 de agosto 2024.- «Ángeles, enviados por Dios para ayudarnos», la emoción y la gratitud de los rescatados de las olas se mezclan con el dolor y las huellas de la tortura que marcan sus ojos y sus cuerpos. Los salvadores del Mare Jonio son los «ángeles» que los abrazan, a los migrantes, la mayoría de ellos huyendo de la ferocidad de las milicias libias. Los acogen a bordo, los arrebatan del bote que zarpó de Libia la noche anterior. Las historias se entrecruzan, las palabras también, como las distintas lenguas. Todos hablan de salvación, algunos buscan consuelo en Shakespeare, como el profesor de árabe que huyó de Damasco, otros recuerdan su papel de juez. En todos ellos, una vez pasada la euforia de la salvación, desciende la conciencia de que ahora queda la titánica tarea de reconstruir existencias enteras, nuevas vidas que imaginar en una Europa que en muchos casos se esfuerza por acogerlas.
Los rescates
Un total de 182 personas fueron rescatadas en el mar Mediterráneo por el buque humanitario Mare Jonio, entre el sábado 24 de agosto y el domingo 25, durante la que fue la 18ª operación de rescate llevada a cabo por la ONG Mediterranea Saving Humans, la primera organizada conjuntamente con la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana. A las 18.00 horas del sábado, el Mare Jonio avistó y abordó un barco de madera en aguas internacionales, a unas 35 millas de la costa tunecina. Se distribuyeron chalecos salvavidas a todos los pasajeros, ya que la embarcación parecía muy inestable y corría riesgo de hundirse. Las personas fueron rescatadas a bordo de una patrullera de la Guardia Costera y desembarcadas en el puerto de Lampedusa. Fueron rescatados 67 migrantes, todos de origen norteafricano, entre ellos 16 mujeres y muchos niños. También el sábado, a las 23.30 horas, el buque, tras recibir un aviso, avistó otra embarcación, una lancha neumática sobrecargada. Tras subir a bordo a los ocupantes, el Mare Jonio los transbordó al buque guardacostas italiano. En este caso fueron rescatadas 50 personas, en su mayoría menores y mujeres, casi todas de nacionalidad etíope. El último rescate del fin de semana se produjo el domingo, a las 6.30 horas, mientras el buque Mediterranea navegaba hacia el sur. Se rescató a más de 60 personas, entre sirios, bengalíes y pakistaníes, que fueron puestas a salvo, siguiendo instrucciones del gobierno italiano, en el puerto siciliano de Pozzallo, cerca de Ragusa.
Construir una sociedad solidaria
182 personas rescatadas en pocas horas, un patrimonio de vidas humanas, pero una gota en un mar de muerte, cerca de mil personas fallecidas en el Mediterráneo central en este 2024, según ha documentado la Organización Internacional para las Migraciones. Números que nos hacen reflexionar sobre la importancia de la misión Mediterráneo-Migrantes, pieza importante de ese inmenso trabajo de construcción de redes de solidaridad, de construcción de la sociedad de «fraternidad y amistad social» soñada por el Papa Francisco, que tiene su verdadero comienzo en tierra firme.
JOSEPH TULLOCH, desde el Mare Jonio