¿Por qué nos vanagloriamos de los logros de la humanidad, pero no valoramos ni agradecemos los aportes de quien nos ha regalado la vida y el hábitat en el que desarrollarla? Estaría bien dice el autorque nos hiciéramos esa pregunta, pues aún estamos a tiempo de hacer ese «descubrimiento de descubrimientos» y beneficiarnos de su influjo para orientar correctamente nuestra existencia. De ahí estas reflexiones, que nos muestran la diferencia que hay entre dejarse llevar de la mano de Dios o de nuestro consentido ego y ayudan a descubrir la utilidad de vivir de su mano, aceptando su compañía y dejándonos guiar por la cercanía y la intimidad que nos mostró Jesús, que lo definió como «Abbá, Papá». Las reflexiones se inician con una cita del salterio y se enriquecen con citas bíblicas que recuerdan e invitan a permanecer en la cercanía del Padre.