Las personas enfermas no pueden ser comprendidas por los métodos reduccionistas de la ciencia. El enfermo tiene un nombre, una historia, unas costumbres, un entorno… que van mucho más allá de unos síntomas y un diagnóstico. Los conflictos éticos pueden ser diversos cuando se acompaña a una persona en estado terminal. Por eso la ética y el trabajo clínico han de ir de la mano. Este libro pretende divulgar qué son los cuidados paliativos y cómo se deben ofrecer, desde la bioética, a las personas que los necesitan para aliviar su sufrimiento.