El edificio más antiguo de Bustarviejo es una torre defensiva medieval a la que se unieron, con el tiempo, la nave y el atrio del templo parroquial. Ahora, todo el conjunto ha sido declarado bien de interés patrimonial por la Comunidad de Madrid. Una unificación singular que convirtió a esta torre en el campanario de la iglesia, habitado en la actualidad por una familia de cigüeñas.
«Aquí es importante que suenen las campanas; si no, la gente lo echa en falta». Nos lo cuenta el nuevo párroco, Juan Manuel Rilo, pocos días antes de tomar posesión oficial las parroquias de Bustarviejo y Valdemanco. Excepto el mes de octubre, continúa, que se hace de forma manual por el cambio de hora, el resto está automatizado: tres toques de medio minuto media hora antes de la Misa, un cuarto de hora antes y al empezar.
Muy diferentes es Bustarviejo del anterior destino del padre Juan Manuel, Tres Cantos. Si esta es una ciudad de finales del siglo XX, los primeros documentos que existen sobre la aldea de Bustarviejo datan de 1297. Situada en la sierra norte de Madrid, en las estribaciones del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, contaba con una pequeña iglesia edificada en un cerrillo ante el que pasaba el camino real.
En el siglo XVI, la localidad tenía 1.650 habitantes; era un punto de influencia de la zona en el que se levantó un nuevo templo tras la demolición del cuerpo central de la medieval. En 1650, por iniciativa de Felipe IV, obtuvo el título de villa, y se llevaron a cabo importantes reformas en la parroquia. A mediados del siglo XIX, Bustarviejo se había convertido en el municipio más rico de la Sierra Norte, superando a Buitrago y Lozoya.
El mural y el ábside, las joyas de la parroquia
Del templo primigenio se conserva la nave central (la única en su momento) y el ábside románico (siglo XIV) en el que aún se aprecian algunas saeteras. De él parten las naves laterales que se incorporaron, al igual que la torre defensiva, en el siglo XVI; la derecha, la del Santísimo, deja a la vista la mampostería original del ábside.
La joya artística de la iglesia parroquia, en la actualidad dedicada a la Purísima Concepción, se encuentra no obstante en la pared de la nave izquierda: una pintura mural de temática bélica fechada entre 1400 y 1450 en la que se aprecian, entre otros, la cruz de la orden militar de Calatrava, un capelo cardenalicio, restos de una inscripción en la que se lee mando facer, la cara de un soldado con un casco cónico, una bota militar, escudos de tipo musulmán, una cota de malla y unas almenas.
Constituyen, tal y como se recoge en el documento de concesión de bien de interés patrimonial, «el único ejemplo de pintura mural de tema militar y época medieval que se conserva en la Comunidad de Madrid». «Es todo bastante significativo», resume el párroco.
En el siglo XIX, la iglesia fue sometida a una importante restauración debido al importante deterioro que sufría. De esa época es el techado de madera del ábside que se extiende por la nave central y la sacristía, en la que por cierto está el botón para tocar las campanas. No, ya no hay cuerda para tirar.
La última reforma, aún por concluir
Hacia mediados del siglo XX se habían adosado al templo un bar en el lateral izquierdo, un cine en el acceso principal y la casa del cura en el lateral derecho. Entre 2007 y 2009 se llevó a cabo, gracias a un convenio entre el Arzobispado y la Comunidad de Madrid, una nueva restauración total en la que se demolieron estos añadidos, de modo que el templo quedó totalmente exento.
Faltaría por completar el acondicionamiento de los salones parroquiales y de la casa parroquial, trabajos que, si todo va según lo previsto, se iniciarán el próximo mes de enero. Por el momento, se apañan con bajos alquilados cerca del templo que hacen las veces de despacho parroquial y de Cáritas. En este último hay acogida los lunes y entrega de alimentos los martes; en total son atendidas 37 familias al mes.
Para la catequesis utilizan el coro, restaurado en la última reforma en madera y hierro, semi integrado en la torre defensiva, y algunos de los espacios que han quedado sin acondicionar en la última reforma en el templo. En uno de ellos aún se conservan restos de lo que se removió entonces, como una tumba: en la época moderna hubo un cementerio que se extendía por casi todo el edificio y bajo este, en la zona nororiental del actual templo, apareció una necrópolis rupestre de época medieval, con fosas excavadas en roca que podría ser de los siglos XII, XIII y XIV.
Pastoral del mayor
Estas piedras, en realidad, acogen a las piedras vivas de la parroquia, como explica el párroco. «Aquí la pastoral es más con gente mayor», cuenta, y se refiere a la residencia de ancianos que hay junto al templo, la mayoría vecinos de Bustarviejo de toda la vida. Hay ahora mismo 51 personas, de las que más de 30 acuden a las Eucaristías que celebra allí, los martes y jueves, y el domingo les lleva la comunión.
Los domingos tiene Misa de 11:00 horas en Valdemanco y de 12:30 horas en Bustarviejo, y a diario, a las 18:00 horas, «por el frío» —aunque con la última reforma, se puso suelo radiante—. El párroco cuenta agradecido que siempre hay un grupito de personas que le preparan las Misas, «y eso viene muy bien».
Tras la pandemia, van retomando ya este curso algunas de sus actividades. Por ejemplo, «ayer mismo comenzamos con Vida Ascendente en la residencia; van bastantes personas». También la pastoral de la salud, las visitas a enfermos: los miércoles acude a cuatro casas de Bustarviejo y a dos de Valdemanco. «Si están solos, me quedo un poco más», sonríe el padre Juan Manuel.
Y aunque en el pueblo hay niños, «bastantes familias están alejadas». Sí nos encontramos a unos cuantos a las puertas de la parroquia el día que la visitamos. Son alumnos del colegio local que están haciendo una yincana en inglés. «Talleres competenciales», nos explica la profesora, una actividad por «lugares interesantes del pueblo» que se programan desde todas las áreas y es «una forma de que conozcan su entorno». Hoy, una iglesia declarada bien de intetés patrimonial. Ni más ni menos.
Igual que otras localidades de la sierra, Bustarviejo es un pueblo de tradiciones: procesiones, Semana Santa —en la capilla del Santísimo hay un Cristo Yacente que se saca esos días—. Sus patrones son el Cristo de los Remedios y la Virgen de la Soledad. Hay cofradías que mantienen viva la fe, como también hay una hermandad de san Isidro, que adquiere especial relevancia en este Año Santo concedido con motivo del 400 aniversario de la canonización del patrón de Madrid.
B. ARAGONESES
Infomadrid