La reforma que legaliza el matrimonio infantil en Irak tendrá un impacto mayor en las niñas más vulnerables, denuncia World Vision. Entre ellas, las de minorías.
6 de febrero 2025.- La aprobación en enero de la nueva Ley de Estatus Personal de Irak «desmantela el tejido nacional», ha denunciado el cardenal Luis Rafael Sako, patriarca caldeo. La reforma de la legislación sobre familia —que era una de las más progresistas de Oriente Medio— permite el matrimonio de niñas desde los 9 años, y de chicos desde los 15. Es «escandaloso», afirmó Sako a Asia News, que se mine «la libertad personal, los derechos de las mujeres» y de los menores.
«El matrimonio infantil siempre ha sido un problema significativo», subraya Jwan Azad Sliwa, asesora técnica de Protección y Educación de World Vision en Irak. Los trabajadores de esta ONG son testigos de cómo a pesar de que la edad de consentimiento era de 18 años, «las niñas con frecuencia se casan a los 15 como forma de lidiar con la pobreza y otros desafíos», sobre todo en zonas rurales; una práctica favorecida por «las normas culturales y la falta de educación». Los matrimonios eran clandestinos, con «celebraciones religiosas sin un registro oficial». Esto hacía «difícil seguirlos y regularlos», así como «exigir responsabilidades a los líderes religiosos».
World Vision ha puesto en marcha programas dedicados a concienciar a los padres y a la sociedad sobre los derechos de las niñas en general y a combatir el matrimonio infantil. En charlas diseñadas tanto para las adolescentes como para sus padres, «hacemos hincapié en los riesgos para la salud» que supone quedarse embarazada de forma precoz, como ocurre cuando se casan, señala Sliwa. También abordan los beneficios de una educación prolongada. Hasta ahora, incidían además en los riesgos legales. Por otro lado, en colaboración con las comunidades, los colegios y el personal sanitario, identifican a menores en riesgo para intervenir de forma específica.
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Así, en un programa de empoderamiento el año pasado en Mosul, las muchachas «aprendían herramientas prácticas y técnicas para abordar a sus padres con calma y amablemente» defendiendo, entre otras ideas, su oposición a casarse pronto, relata la asesora técnica. Por otro lado, al ayudarles a obtener ingresos de forma sostenible, «contribuimos a evitar que las familias recurran» a casar o poner a trabajar a sus hijos «para aliviar su carga económica».
Poder a los líderes religiosos
Ahora, sin embargo, la nueva ley no solo dará carta blanca a lo que ya venía sucediendo sino que abrirá la puerta a que no sean adolescentes sino niñas las que se conviertan en esposas. Los líderes religiosos que hasta ahora actuaban al margen de la ley «tendrán el poder de tomar decisiones por ellas sin ningún elemento de disuasión legal», explica Sliwa. Todo ello puede llevar a que la práctica se extienda, al legitimarla y normalizarla. Entre las posibles consecuencias, cita el aumento del abandono escolar y del tráfico de niños.
«Las chicas más en riesgo son las que se han visto separadas de sus padres» en el contexto de conflictos que ha vivido el país, «las hijas de familias desfavorecidas, de zonas rurales y con acceso limitado a la educación». Otro grupo vulnerable son las de minorías étnicas o religiosas, «debido a su situación de marginación» y exclusión económica y a otros factores como ser desplazadas o la falta de apoyo comunitario. Por ello, la asesora técnica de World Vision alerta de que toda «una generación se arriesga a perder la oportunidad de vivir su infancia», ya que «la ley estará en vigor como mínimo siete años antes de revisarse».
A Sliwa le preocupa además que la reforma legal «pueda minar los esfuerzos de los activistas y las organizaciones» a favor de las niñas. A pesar de eso, asegura que seguirán trabajando para defender sus derechos, además de intervenir directamente en las comunidades para «sensibilizar, identificar factores de riesgo e implementar programas que reduzcan la necesidad de las familias de recurrir a estas prácticas. Trabajar con los líderes religiosos es otro elemento importante de nuestra labor».
Otras claves de la ley
• Un elemento esencial de la nueva ley es que, al casarse, las parejas musulmanas (no los cristianos) deben elegir si quieren que su matrimonio se rija según las normas sunitas o chiitas. Algunas de estas reglas favorecen, por ejemplo, la violación conyugal.
• Los expertos temen que esta cláusula exacerbe las diferencias sectarias, creando sistemas legales diferentes y otorgando un poder desmedido a los tribunales religiosos de cada rama del islam. También se prohíbe a los musulmanes casarse con no musulmanas.
• Algunas voces han visto en esta ley una oportunidad para que los cristianos reivindiquen el poder elegir también ellos que se les aplique una ley que tenga en cuenta sus creencias sobre matrimonio, divorcio, custodia de los hijos o herencias.
• Sin embargo, el cardenal Sako siempre ha subrayado la necesidad de apostar por una ley civil unificada, que se aplique a todos los ciudadanos independientemente de su religión. Esta normativa debería reconocer la igualdad de la mujer.
MARÍA MARTÍNEZ LÓPEZ
Alfa y Omega