El encuentro nacional ha tenido lugar en Valladolid este viernes y sábado y recoge el trabajo de 25 diócesis e instituciones que han preparado estas jornadas durante meses.
11 de noviembre 2024.- Durante estos días 8 y 9 de noviembre, Valladolid ha acogido la XLIV Semana Social de España, una oportunidad de encuentro y reflexión bajo el lema El diálogo, camino para la Iglesia. Ha sido una jornada precedida por una fase de preparación en las diócesis que en los meses previos a este encuentro nacional han reunido a laicos e instituciones comprometidas en la vida pública y que en esta ocasión han puesto en común las aportaciones y observaciones de todo ese trabajo. El objetivo de estos encuentros es generar espacios de encuentro para analizar y dialogar, desde un camino sinodal, sobre los actuales desafíos éticos, económicos, culturales y sociales.
El evento, que ha finalizado este sábado, se ha clausurado con unas palabras del presidente de las Semanas Sociales, Jesús Avezuela, quien ha querido «en primer lugar, elevar nuestra oración y renovar nuestro compromiso con los pueblos de España, especialmente el valenciano, afectados por las inundaciones que tanta muerte y destrucción ha generado». Además, ha valorado la implicación de las 25 diócesis e instituciones que han participado en el proceso de preparación de estas jornadas que han propiciado unas «sesiones de trabajo con espíritu sinodal y deliberativo, potenciando la escucha y acogiendo con hospitalidad y generosidad la pluralidad de sensibilidades de la vida pública y eclesial», ha señalado. A las palabras finales también se ha unido el cardenal Omella, quien ha señalado la importancia del diálogo y ha recordado el mensaje de esperanza proclamado por el papa Francisco a los participantes en el III encuentro de Iglesias Hospital de Campaña.
Entre las conclusiones de esta Semana Social destaca la importancia de continuar creando espacios de diálogo y encuentro para «promover el diálogo en ámbitos públicos y eclesiales», especialmente hoy en día que la sociedad está tan fracturada por la división y la desesperanza. Unos miedos y prejuicios que provocan a menudo «una profunda polarización emocional que no atiende a razones y argumentos». En este sentido, el documento final propone el diálogo como antídoto contra esos desencuentros, de forma que todas las personas se sientan corresponsables de ese proceso. Además, también afirma que este diálogo tan necesario comienza por escuchar el sufrimiento del otro y que los cristianos debemos estar presentes allá donde hay sufrimiento y exclusión, y no solamente con actitud asistencial. Para llevarlo a la práctica, la Semana Social concluye con el firme compromiso de «fortalecer el acompañamiento y el reconocimiento a las personas comprometidas con la vida pública, potenciar los procesos formativos del laicado, y, en especial, promocionar la Doctrina Social de la Iglesia como un medio privilegiado del diálogo con el mundo para la promoción de la cultura de la justicia, del cuidado de la Casa Común y de la paz».
ESTER MEDINA
Alfa y Omega