Monseñor Ángel Ayuso Guixot, secretario del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, interviene en Tokio en un encuentro con líderes religiosos
“Juntos con los líderes religiosos de Oriente Medio para mejorar la promoción de las minorías en los Estados de mayoría musulmana”. Bajo este lema se ha celebrado un encuentro en Tokio , en el que ha participado monseñor Ángel Ayuso Guixot, secretario del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, en representación de la Santa Sede.
El obispo subrayó que “su presencia es la demostración de la que reunión es una excelente iniciativa para invitar a todas las partes implicadas una vez más a contribuir en la promoción de la ciudadanía y a una verdadera coexistencia para todos”.
En su intervención –publicada por el Osservatore Romano– monseñor Ayuso recordó que muchas veces el papa Francisco ha dado voz “a la atroz, inhumana e inexplicable persecución” de la que –sobre todo cristianos– en distintas partes del mundo “son víctimas de fanatismo e intolerancia, a menudo bajo los ojos y ante el silencio del mundo entero”.
El encuentro, organizado por Religions for peace (Rfp) y United nations alliance of civilizations (Unaoc), debería, según monseñor Ayuso, “invitar al respeto para todos, independientemente de la identidad religiosa” comprometiéndose “a apoyar los derechos de los ciudadanos de los cristianos en Oriente Medio”.
En la construcción de un mundo más fraterno –observó el obispo– todos están llamados a promover la justicia. “La sed y la búsqueda de la justicia son comunes a todo tipo de persona que busca construir una sociedad más humana. Aún así, para nosotros creyentes, hay un terreno común mayor sobre el que construir”.
Además, el secretario del dicasterio vaticano advirtió que el rol de la religión en la sociedad moderna es a menudo “mal entendido, no apreciado e incluso criticado como fuente de problemas y conflictos que enferman la sociedad moderna”. Al contrario, la religión tiene un rol importante que desarrollar en el debate político, precisó.
Finalmente, subrayó que la libertad religiosa está en el corazón del proyecto social y es necesaria para la justicia, que es el fundamento a la base para todas las otras libertades. El obispo precisó la exigencia de encontrar temas sociales comunes sobre los cuáles cooperar juntos. Entre ellos, la situación financiera mundial y la pobreza y su difusión en el mundo.