«Acoger, proteger y asistir a los cientos de miles de refugiados que huyen de Ucrania es una responsabilidad común y se debe respetar el principio de no devolución», declaró el Arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas.
Ciudad del Vaticano, 3 de marzo 2022.- «La Santa Sede agradece el lanzamiento conjunto del Llamamiento Humanitario Urgente y el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados para Ucrania, ya que el número de víctimas civiles y los daños en infraestructuras cruciales siguen aumentando y son motivo de preocupación». Fueron las palabras del Arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas, con motivo del «Joint Launch of the Humanitarian Flash Appeal and the Regional Refugee Response Plan for Ukraine», organizado en Nueva York, el 1 de marzo de 2022.
Urgen corredores humanos para los refugiados de Ucrania
En su intervención el Arzobispo indicó que, según las cifras recientemente publicadas, son casi 700.000 las personas que huyen de las hostilidades en curso hacia los países vecinos: una cantidad que probablemente aumentará con la interrupción de las cadenas de suministro locales y el acceso a los alimentos, así como otros bienes básicos y servicios esenciales.
Recordando las palabras del Papa Francisco pronunciadas el pasado domingo 27 de febrero, «es urgente abrir corredores humanitarios», Monseñor Gabriele Caccia, afirmó que es fundamental «garantizar el acceso pleno, seguro y sin obstáculos» de los agentes humanitarios para que puedan prestar rápidamente asistencia a la población civil necesitada en Ucrania.
«La protección de la población civil, así como del personal humanitario, de acuerdo con el derecho internacional humanitario, debe ser una prioridad», puntualizó el prelado.
Acoger, proteger y asistir al que huye
Por otra parte, Monseñor Gabriele Caccia subrayó que la Santa Sede elogia a los Estados que, «con espíritu de solidaridad, acogen a los refugiados en busca de seguridad» y también a los que ofrecen ayuda humanitaria a los necesitados:
«Acoger, proteger y asistir a los cientos de miles de refugiados es una responsabilidad común; los esfuerzos para satisfacer las necesidades de quienes huyen en busca de seguridad deben respetar el principio de no devolución y nuestras obligaciones comunes en virtud del derecho internacional, incluido el derecho internacional de los refugiados, y ofrecerse de forma no discriminatoria», añadió.
La Santa Sede pide el cese de las hostilidades
Finalmente el Arzobispo Caccia, hizo hincapié en que la Santa Sede se une a los numerosos Estados miembros «que han pedido el cese inmediato de las hostilidades», optando por la vuelta a la diplomacia y al diálogo.
«A medida que avanzamos en esta situación, la Iglesia católica y sus instituciones caritativas (ya sea en la distancia o sobre el terreno), están ayudando incansablemente a miles de personas y lo seguirán haciendo», concluyó.
SOFÍA LOBOS (Vatican News)
Imagen: Monseñor Gabriele Giordano Caccia,
representante de la Santa Sede en la ONU, Nueva York.