Mensaje del Pontificio Consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes con ocasión de la Jornada Mundial del Turismo
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Turismo para todos: promover la accesibilidad universal” es el lema escogido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) para la Jornada Mundial del Turismo, que se celebra el próximo 27 de septiembre.
La Santa Sede –indica el mensaje publicado por el Pontificio Consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes para dicha ocasión– ha adherido a esta iniciativa ya desde su primera edición, al darse cuenta “de la gran importancia de este sector así como de los desafíos que supone y las oportunidades que brinda a la evangelización”.
El último Barómetro elaborado por la Organización Mundial del Turismo, referido al año 2015 –precisa el dicasterio– eleva a 1.184 millones las llegadas anuales de turistas internacionales, las cuales alcanzarán el hito de los dos mil millones en el año 2030, según todas las previsiones. A éstas hay que añadir las cifras aún más elevadas que representa el turismo local.
“Junto al incremento numérico, también se ha ido acrecentando la conciencia del influjo positivo que ejerce el turismo en numerosos ámbitos de la vida, caracterizado por numerosas virtudes y potencialidades”, precisa el mensaje del dicasterio vaticano. Aunque “sin ignorar algunos de sus elementos ambiguos o negativos” se muestran convencidos de que el turismo humaniza, ya que “es ocasión para el descanso, oportunidad para el recíproco conocimiento de personas y culturas, instrumento de desarrollo económico, promotor de paz y de diálogo, herramienta para la educación y el crecimiento personal, momento para el encuentro con la naturaleza, y ámbito de crecimiento espiritual, por citar algunos de sus rasgos positivos”.
Por otro lado, también quieren recordar que “el turismo no es sólo una oportunidad sino también ha de ser un derecho para todos, que no puede ser restringido a unas determinadas franjas sociales ni a unas zonas geográficas concretas”.
De este modo advierten de que “la realidad nos muestra que no está al alcance de tantos y que son todavía numerosas las personas que siguen estando excluidas de este derecho”. Y precisan que en muchos países en vías de desarrollo, donde no están garantizadas las necesidades básicas, “este derecho aparece ciertamente como algo lejano y hablar de él puede incluso aparecer como una frivolidad”, si bien esta actividad también se está presentando como un recurso en la lucha que están realizando contra la pobreza. Pero también –añade el mensaje– en países económicamente más desarrollados encontramos importantes franjas de la sociedad que no tienen fácil acceso al turismo.
Por ello, a nivel internacional, se está promoviendo el así llamado “turismo para todos”, que puede ser disfrutado por cualquier persona, y que integra los conceptos de “turismo accesible”, “turismo sostenible” y “turismo social”.
Por “turismo accesible” se entiende el “esfuerzo por garantizar que los destinos y servicios turísticos sean accesibles para todas las personas”, independientemente de su perfil cultural, de sus limitaciones permanentes o temporales (físicas, mentales o sensoriales) o de sus necesidades especiales, como las que requieren, por ejemplo, los niños y las personas mayores.
Mientras que el concepto de “turismo sostenible” encierra “el empeño por conseguir que esta actividad humana sea lo más respetuosa posible con la diversidad cultural y medioambiental del lugar que la acoge, teniendo en cuenta las repercusiones actuales y futuras”. Finalmente, el “turismo social” pretende que no sean excluidos quienes tienen una cultura diferente, poseen menos recursos económicos o residen en regiones menos favorecidas.
Así pues –concluye el mensaje del dicasterio– es necesario promover un “turismo para todos”, que sea ético y sostenible, en el que se garantice una real accesibilidad física, económica y social, evitando todo tipo de discriminación. Alcanzar esta meta será posible “si se cuenta con el esfuerzo de todos”.
Para concluir, recuerdan que la Iglesia valora positivamente los esfuerzos que están realizando a favor de un “turismo para todos”, iniciativas “que ponen realmente el turismo al servicio de la realización humana y del desarrollo social”.