Entrevista a Carmen González Huguet, Premio Fernando Rielo de Poesía Mística
La poesía puede ser actual, moderna, comprensible y profunda al mismo tiempo: es un ilustre testimonio de la poetisa y profesora Carmen González Huguet, recientemente premiada con el 37º Premio Mundial Rielo de Poesía Mística por su colección de noventa sonetos “El alma herida”.
En una entrevista con ZENIT, la artista salvadoreña habló sobre su pasión por los sonetos, su fe, su vida y la situación en El Salvador.
El 11 de diciembre de 2017 recibió el 37º Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística en la Embajada de España ante la Santa Sede. ¿Es su primera estancia en Roma?
Sí, estoy en Roma por primera vez. La ciudad es bellísima. Me impresionó mucho la Basílica de San Pietro, la plaza de San Pietro y no puedo esperar para visitar los Museos del Vaticano.
¿La fe juega un papel importante en su vida y en sus obras?
Absolutamente. Crecí en una familia católica creyente y practicante. Fui educada según los valores cristianos. Esta educación ha influido mucho en mi vida y mi trabajo. Desde que comencé a escribir elegí poesía, o más bien poesía mística, diálogo con Dios; en particular, me apasiona el soneto.
¿Por qué elegiste una forma tan tradicional?
El soneto tiene una gran tradición en El Salvador, mi país de origen. Quería seguir la tradición de esta forma porque me permite expresarme de una manera sintética y breve.
Del jurado, su trabajo ha sido definido como técnicamente perfecto y al mismo tiempo muy moderno. ¿Cómo es posible respetar la forma tradicional y hacer que los sonetos sean una obra contemporánea?
La forma tradicional del soneto no impide el uso del lenguaje moderno y contemporáneo. De hecho, es muy importante para mí que la poesía sea comprensible para todos; por esta razón, siempre elijo un lenguaje claro y simple. La forma tradicional del soneto no impide el uso del lenguaje moderno y contemporáneo. Antes de escribir, leo en las Sagradas Escrituras, después de meditar en el pasaje o en el Salmo leído, decido el ‘Leitmotiv’ y finalmente empiezo a escribir.Así nacieron los noventa sonetos recogidos en el libro “El alma herida”.
No solo consigue un lenguaje comprensible, sino también la descripción detallada del estado de ánimo. ¿La descripción de la ansiedad, la soledad y otras perturbaciones se basa en experiencias autobiográficas?
De toda la vida sufro de insomnio y entonces me pongo a escribir. En mis sonetos describo no solo mis preocupaciones, pero también me refiero a la situación tan difícil en El Salvador. La población enfrenta grandes problemas, violencia y supera las heridas causadas por doce años de guerra civil.
El jurado señaló el mensaje de esperanza, fe y alegría en sus sonetos. ¿Son sus sonetos un instrumento de apoyo y consuelo?
Cada uno de nosotros necesita apoyo y consuelo en tiempos difíciles, en soledad, depresión o tristeza. Pero siempre debemos tener en cuenta que nunca somos abandonados porque el amor del Señor es infinito e incondicional. Él está siempre con nosotros. A menudo no tenemos suficiente confianza en nosotros mismos. Precisamente esto, el amor infinito del Señor, y la esperanza son el mensaje principal de mis poemas.
¿Hay alguna razón especial para su sensibilidad especial al sufrimiento?
Hace doce años morí, y solo después de dos horas de reanimación volví a la vida. He reflexionado mucho sobre el incidente y creo que hay una razón para mi supervivencia. Me había preparado para morir, sufría de un problema cardíaco. Habrá una razón por la cual Dios me permitió volver a la vida.
¿Esta experiencia marcó tu forma de vivir y trabajar?
Sí, me di cuenta de que mi tiempo es limitado. Por lo tanto, siguiendo el lema “carpe diem” trato de vivir el presente profundamente. En mis relaciones familiares, amigos, en mis afectos y sentimientos no los pospongo, me expreso inmediatamente y me comprometo a dar lo mejor de mí siempre. Esto vale también para mi trabajo.
No es de extrañar que el Cardenal Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, han apreciado mucho su trabajo definido por el propio cardenal como una excelente herramienta para la evangelización. ¿Sus sonetos serán editados y difundidos por todo el mundo?
En América del Sur, la situación es difícil, marcada por una crisis grave; hay pocos editores y una red para promover publicaciones está ausente. Solo porque gané el premio, mis sonetos se publicarán en todos los países de habla hispana. El Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo es muy importante para nosotros, los escritores, porque ofrece una plataforma para promover la poesía mística y no solo para escritores establecidos, sino también para poetas y poetisas desconocidos. Además, el premio no solo es accesible para los cristianos. El premio es una contribución importante al diálogo eterno e interreligioso porque el arte es un lenguaje universal y puede actuar como un puente entre diversas culturas y religiones.
Dada la difícil situación en su país de origen, ¿la fe es importante para la población?
Absolutamente, la religión es un refugio para la gente de El Salvador. La oración se convierte en un grito de angustia. En El Salvador, la población es muy religiosa y la fe es un elemento constitutivo de su identidad. La mayoría son católicos, y un tercio de la población son protestantes.
¿Qué piensa la población de El Salvador del Papa Francisco?
El Papa Francisco es “uno de nosotros”. Para nosotros es muy importante tener un Papa de origen sudamericano. Vemos al Papa Francisco como una persona cercana a nosotros, cálida y muy ingeniosa. Apreciamos mucho su manera tan directa y fuerte. Vemos que Él tiene una relación cercana con Dios. El Papa Francisco hace que cada uno de nosotros se sienta importante; él nos cuida como un padre.
Para ilustrar mejor la obra de Carmen González Huguet, publicamos uno de los sonetos tomados de la colección “El alma herida»
Qué soledad de ti si estás dormido.
Qué silencio en la noche pavoroso.
Yo me asomo al abismo misterioso
donde no hay luz, ni nombre, ni sonido.
Y no te encuentro, Dios. Pero en mi oído
me nombras y me llamas, silencioso,
y en todas tus criaturas, melodioso,
oigo tu canto del amor nacido.
Levántame del fondo del fracaso.
Anda conmigo en medio de la gente
hasta la triste hora del ocaso.
Llévame, río, de tu oscura fuente
a descansar contigo, paso a paso,
dulce, profunda, apasionadamente.
Espérame a la orilla de la tarde,
divino Amor, en esta cita ciega.
La lluvia envuelta en niebla fina llega
y se oculta en la ausencia el sol cobarde
No me pidas, Amigo, que te aguarde
bajo este cielo que mi cuerpo anega.
¿Diluye acaso el fuego de la entrega
aquel que al centro del incendio arde?
Te espero aquí, Señor, siempre te espero.
Mas cuanto tardas. La emoción cautiva
mi pobre corazón de amor herido.
Los años pasan. De esperar me muero.
Llévame ya, Señor, contigo arriba,
y acógeme en tu cielo prometido.
Notas biográficas
Carmen González Huguet nació el 15 de noviembre de 1958 en San Salvador. Se graduó en Literatura y es profesora en la Universidad ‘José Matías Delgado’. Con más de ocho colecciones de poemas, la ganadora de muchos premios también ha publicado numerosos trabajos narrativos. Además, fue directora de “Publicaciones e Impresos”, editorial cultural del estado de El Salvador y directora de la revista ‘Cultura’.
De 1997 a 1999 fue investigadora en el Museo Nacional de Antropología ‘David Joaquín Guzmán’. Desde 2012, el ciudadana salvadoreña y española es miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua y corresponsal de la Real Academia de España.
Los otros finalistas del 37º Premio Fernando Rielo de Poesía Mística, en disputa con 7.000 €, fueron la connacional de Carmen González Huguet y finalista del año pasado, Claudia Lorena Parada Turcios (San Salvador), los españoles Antonio Bocanegra (Cádiz) ), Fernando Sánchez Mayo (Córdoba) y Miguel Sánchez Robles (Mursia), colombianas Margarita Galindo Steffens (Barranquilla), Adela Guerrero Collazos (Cali) y Antonio Martín de las Mulas (Medellín), de Ecuador Eliana Cevallos Rojas (Ecuador) , de República Dominicana, Mikenia Vargas (República Dominicana) y de Argentina, Leandro Calle (Córdoba, Argentina). El jurado estuvo compuesto por Jesús Fernández Hernández (España), presidente de la Fundación Fernando Rielo, José Mª. López Sevillano (España), crítico literario y secretario permanente del Premio, Loretta Frattale (Italia), profesor de literatura española en la Universidad de Tor Vergata en Roma, Arnaldo Colasanti (Italia), poeta y crítico literario, y David G. Murray (EEUU), crítico literario y filólogo. El cardenal Octavio Ruiz Arenas, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, también estuvo presente en la entrega de premios.
El Premio Mundial Fernando Rielo se celebra en memoria del fundador del Instituto Id de Cristo Redentor, misionero y misioneros identes, Fernando Rielo Pardal. El instituto de vida consagrada de derecho pontificio fue fundado el 29 de junio de 1959 en Tenerife, España. El apostolado del instituto se enfoca en dos campos: “diálogo con intelectuales, para la transmisión y defensa de la verdad revelada, al servicio y protección de las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, en el mundo moderno” y “El apostolado con jóvenes que han perdido su fe católica o que nunca la han acogido”.
La Fundación Fernando Rielo está particularmente comprometida con la evangelización a través de la cultura, entre otros, a través del Premio Mundial de Poesía Mística y el Premio Internacional de Música Sacra, ambos nombrados en honor a Fernando Rielo. La Editorial de la Fundación Fernando Rielo no solo publica la obra filosófica de Fernando Rielo, sino también las actas de las conferencias sobre temas de filosofía, pedagogía y literatura.
Britta Dörre
[Texto original: italiano] Traducción de Rosa Die Alcolea
Imagen: Carmen González Huguet
(© Fundación Fernando Rielo)