La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) informa que se alegra de la repatriación del Hermano Miguel Pajares, pero según afirma José Mª Viadero, director de Juan Ciudad ONGD, «para la Orden este no es el final de nuestras preocupaciones, ya que continuamos trabajando para que los que se han quedado allí, en el Hospital San José de Monrovia, puedan contar con una ayuda y asistencia adecuada».
Además informamos que la OHSJD también solicitó al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación la repatriación de la Hermana de las Misioneras de la Inmaculada Concepción de nacionalidad española Juliana Bonoha, que viajó en el mismo avión que el Hermano Pajares..
Agradecimiento por los gastos de repatriación
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios está muy agradecida con el anuncio de que el Gobierno va a hacerse cargo de los gastos ocasionados por la repatriación del Hno. Miguel Pajares y la Hermana Juliana Bonoha, que ha anunciado el presidente del Gobierno, Sr. Rajoy. Y agradece a todos los que nos han estado apoyando moralmente y de distintas maneras.
Aprovechamos también esta oportunidad para decir que aquellos que continúan pendientes de nosotros queriéndonos ayudar, nuestro objetivo principal es mandar un dispositivo para atender a los que se han quedado allí; y reabrir el hospital. Queremos decirles que la campaña del Ebola está en marcha y en nuestra página web www.juanciudad.org tienen información de lo que hacemos y pueden contribuir de la manera que quieran.
Historia de la Orden
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (en latín Ordo Hospitalarius Sancti Ioannis de Deo) es una orden mendicante católica fundada en 1572 por discípulos de san Juan de Dios. En los países de habla italiana la orden es conocida como Fatebenefratelli («Hermanos de hacer bien», en español). Sus miembros son conocidos como juaninos o juandedianos.
Iniciamente Juan de Dios (1495-1550) fundó un hospital en Granada. Tras su muerte en 1550 su fama de santidad se extendió (fue beatificado en 1630 y canonizado en 1690), con lo que numerosos particulares decidieron seguir su ejemplo o vincular miembros de la Orden a sus propias fundaciones, adaptándolas a la regla del hospital de Granada. En 1552 Antón Martín fundó el de Madrid. El mismo personaje fundó el de Córdoba. Pedro Pecador fundó el de Sevilla y Frutos de San Pedro el de Lucena.
Los hospitales de San Juan de Dios se extendieron por toda España, en la actualidad la orden tiene instalaciones en más de cuarenta países de los cinco continentes y en Bogotá, Colombia está el Instituto San Juan de Dios, único colegio que hay en el mundo de la Orden.
A pesar de las leyes de supresión, que se dictaron primero en Francia y después en España e Italia, la Orden ha existido resurgiendo cada vez con más vitalidad, este es el caso de la última restauración de la Orden en España por san Benito Menni, religioso hospitalario, que vino de Italia enviado por el Papa Pío IX y el General de la Orden P. Juan María Alfieri.
La restauración de la Orden en España comienza con la fundación del primer hospital de San Juan de Dios en Barcelona en el año 1867. Le sigue sin interrupción una larga lista de nuevos hospitales extendidos por todo el territorio hispano-luso-mexicano.
En 1934 la Orden cuenta ya con más de veinte hospitales y en menos de treinta años llega a contar con cerca de ochenta Centros en España, Latinoamérica y África, todos ellos dedicados al servicio de los enfermos mentales y para niños con discapacidades.
Hermanos de San Juan de Dios en el mundo
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios forma parte de la «aldea global». La integran 1.230 hermanos, cerca de 45.000 colaboradores profesionales con una vinculación laboral, unos 8.000 voluntarios, y numerosos bienhechores.
Los Hermanos de San Juan de Dios están presentes en los cinco continentes, en 50 países, con 23 provincias religiosas, 2 delegaciones generales, 7 delegaciones provinciales; y realizan su apostolado en bien de los enfermos, los pobres y los que sufren, a través de 293 obras.
Hay quien se encuentra en centros y sociedades altamente tecnificadas, mientras otros se encuentran en centros y en sociedades en países en desarrollo; algunos viven en naciones que gozan de un clima de paz, en tanto otros padecen la violencia o la guerra, o sufren las consecuencias de un reciente pasado de violencia; hay quien goza de libertad en su sociedad, a la par que otros ven severamente limitadas su libertad y sus derechos fundamentales; hay quien está dedicado a las actividades propiamente hospitalarias y hay quienes se centran en los temas sociales o de marginación; unos intentan ayudar a vivir, mientras para otros el campo de acción es ayudar a morir con dignidad.