«La propuesta era inaceptable, tanto desde el plano civil como desde el punto de vista religioso. Y es positiva la sublevación popular» que ha impedido que se aprobara, afirma monseñor Shlemon Audish Warduni, obispo auxiliar de Bagdad
La decisión del Parlamento iraquí de rechazar que se legalice el matrimonio con niñas es un «signo positivo», ha afirmado monseñor Shlemon Audish Warduni, obispo auxiliar de Bagdad y brazo derecho del patriarca caldeo Luis Rafael Sako.
Monseñor Warduni, en declaraciones recogidas por AsiaNews, ha celebrado además que la decisión se deba a las voces «críticas» que en las últimas semanas han surgido tanto fuera como dentro del país, procedentes de grupos de todas las etnias y confesiones.
«No todas las propuestas con contenido político son aprobadas», ha celebrado el obispo. La propuesta había sido presentada por algunos diputados chiitas para modificar la ley de 1959 que fija en 18 años la edad mínima para casarse. El nuevo texto habría rebajado la edad de matrimonio a los 9 años, si un líder musulmán de la tradición (sunita o chiíta) a la que pertenece la familia lo autoriza.
La decisión habría legalizado «la violación de niñas» y abierto las puertas al fenómeno de las niñas-novia que se da en otros países musulmanes, denunciaban los críticos de la reforma. Además, habría significado que parte de la jurisdicción sobre el derecho de familia volviera a las manos de las autoridades religiosas. La ley que se iba a modificar había transferido esta potestad al Estado y la magistratura.
«Esta propuesta –afirma monseñor Warduni– era inaceptable, tanto desde el plano civil como desde el punto de vista religioso. Y es positiva la sublevación popular que se ha registrado contra la enmienda a la ley», fruto de una visión fanática de la sociedad y en particular, de la mujer. «Es bueno que propuestas como esta sean rechazadas –añade–, porque son nocivas tanto para la religión como para el Estado, y no se adaptan a un país como Irak, que tiene una cultura y una tradición antiquísimas».
Hace tiempo que la Iglesia iraquí lucha por una nación «laica y unida» y no vacila en criticar la Constitución, que en su artículo 37.2 no tutela los derechos y la libertad de las minorías. En septiembre de 2015, el patriarca caldeo Luis Rafael Sako envió una carta al Parlamento, en la cual pedía que se modificase la ley según la cual un menor ha de ser registrado como musulmán en caso de que uno de sus dos progenitores se convierta al islam.
En los últimos días, el patriarca Sako se ha reunido con el presidente del Parlamento, Salim al-Jubouri. El encuentro giró en torno a la laicidad del Estado y la separación entre religión y política. «Hemos afirmado fuertemente la necesidad de un Estado civil y la modificación de la ley referida a los menores de edad y la religión –concluye monseñor Warduni–. Sin embargo, será difícil obtener resultados en breve, por la presión que ejercen los grupos extremistas».
Alfa y Omega
(Foto: amigosdeirak.net)