Trabaja como repartidor, pero antes de acceder al puesto Daniel tuvo que darse de alta como autónomo y pagar «100 euros de fianza por el material». Le asignaron las «20 horas de trabajo» que más le convenían a su empleador y le pagaban 8 euros la hora, IVA incluido. A eso, «hay que restar el IRPF, el gasto de autónomo y los gastos derivados de la bicicleta o de la moto». Con motivo del 1 de mayo, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente denuncia del «sistema» que «configura una sociedad donde el trabajo no es un bien para la vida sino un instrumento al servicio del capital por encima de la persona»
Daniel «llevaba tiempo sin trabajo», así que decidió probar suerte como repartidor. Lo primero que tuvo que hacer para acceder al puesto fue darse de alta como autónomo y pagar «100 euros de fianza por el material» a su empleador. «Para la empresa no somos trabajadores, sino colaboradores». Sin embargo, «te asignan las horas de trabajo a la semana que más les convenga» y «nunca las que quieres trabajar». «Te dan unas 20 horas de trabajo a la semana».
Pero lo peor es el salario, de «8,50 euros la hora» para los repartidores en motos y de 8 euros para los repartidores que van en bicicleta, «incluido el IVA». A eso, «hay que restar el IRPF, el gasto de autónomo y los gastos derivados de la bicicleta o de la moto. Al final, en neto se queda en 5€/hora, o incluso menos. Ahora, se pasa a cobrar 4 euros por pedido».
El capital por encima de la persona
Su testimonio, difundido en un comunicado de las entidades promotoras de la iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» (ITD) con motivo del 1 de mayo –Día Internacional de los Trabajadores–, es ejemplo del «sistema» que «configura una sociedad donde el trabajo no es un bien para la vida sino un instrumento al servicio del capital por encima de la persona» y donde «la deshumanización del trabajo sitúa a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad y exclusión social».
En el comunicado, impulsado por Cáritas, la Conferencia de Religiosos (Confer), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Comisión General de Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC), también se denuncia el «injusto marco laboral y social» actual de nuestro país y «la falta de trabajo decente para todas y todos en nuestra sociedad».
Pobreza laboral
En este sentido, advierten contra la «pobreza laboral», que «afecta a casi 13 millones de personas. El porcentaje de trabajadores pobres de 18 a 24 años ha pasado del 7% en 2007 al 21% en 2014». Otro de los datos resaltados, entre otros, por las organizaciones católicas se refiere al descanso de los trabajadores: «El 22,4% de los ocupados trabaja más de 40 horas a la semana. El 33% trabaja en domingo, una o más veces al mes. El 24,6% tiene un horario que no se adapta a sus compromisos familiares y personales».
Reivindicaciones y propuestas
Ante esta realidad, Cáritas, Confer, HOAC, Justicia y Paz, JEC y JOC piden que «la persona se sitúe en el centro de la vida política, de las relaciones laborales y del trabajo» o que la «protección del derecho al trabajo decente posibilite un desarrollo integral de la persona, donde el trabajo sea generador de dignidad para la vida».
Por todo ello, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente celebrarán diferentes Eucaristías «en acción de gracias por el don del trabajo humano y como signo de solidaridad con quienes sufren la deshumanización del trabajo».
J. C. de A. (Foto: Maya Balanya)