Ciudad del Vaticano, 14 de septiembre de 2014(VIS).-Finalizada la oración mariana, el Santo Padre señaló que mañana en la República Centroafricana comienza la misión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para favorecer la pacificación del país y proteger a la población civil que sufre las consecuencias de un largo conflicto.
»Aseguro el compromiso y la oración de la Iglesia Católica y aliento el esfuerzo de la Comunidad internacional que va a ayudar a los centroafricanos de buena voluntad. Espero que cuanto antes la violencia ceda el paso al diálogo, que las partes opuestas dejen de lado los intereses particulares y trabajen para que cada ciudadano, cualquiera que sea su etnia o religión, pueda colaborar en la edificación del bien común. ¡Y que el Señor acompañe esta acción por la paz!», exclamó Francisco.
También habló el Papa de su visita del sábado al cementerio austro-húngaro y al monumento militar de Redipuglia (Italia) donde rezó por los muertos de la Primera Guerra Mundial. »Las cifras- recordó- son espantosas: se habla de unos 8 millones de jóvenes soldados caídos y de alrededor de 7 millones de civiles. Esto nos hace comprender que la guerra es una locura. Una locura de la que la humanidad no ha aprendido todavía la lección porque después de aquella hubo otra segunda guerra mundial y tantas otras que aún están en curso. Pero nosotros ¿cuándo aprenderemos esta lección? Invito a todos a mirar a Jesús crucificado para comprender que el odio y el mal se derrotan con el perdón y el bien, para entender que la respuesta de la guerra aumenta solamente el mal y la muerte»