Inglaterra ha visto ya en sus cines una película muy especial en el país… y que puede serlo en todo el mundo. Se trata del film biográfico sobre uno de los escritores más conocidos de la literatura fantástica: John Ronald Reuel Tolkien, que, además, era católico.
La vida del creador de El Señor de los anillos ha llegado a los cines. El actor Nicholas Hoult da vida al creador de El Señor de los anillos o El Silmarillion en el biopic Tolkien.
Dentro de esa profundidad, hay que recordar que el padre de la Tierra Media y de multitud de lenguajes inventados a partir de su amor por las palabras era católico. Más allá de ser un hecho accidental en su vida, una mera creencia o posición ideológica, resultó determinante.
Su relación con el catolicismo comienza en su seno familiar. Recibió la fe de su madre, Mabel, que se había convertido del protestantismo cuando John contaba solo 8 años. Ese cambio vital en la madre de Tolkien le supuso el rechazo de su propia familia, que era protestante. El padre de John, Arthur, había fallecido cuando Tolkien tenía 4 años. Ocurrió en Sudáfrica, donde nació el autor.
El padre que Tolkien perdió en Sudáfrica lo reencontró de distinto modo en un sacerdote. Se trataba del sacerdote anglo-español Francis Xavier Morgan. Él fue el encargado de velar por la educación católica de John y de su hermano Hillary, siguiendo los deseos de su madre. Años más tarde, tendría que hacerlo plenamente por la muerte de la madre de los Tolkien en 1904.
Al principio, el cura decidió enviar a los pequeños, de 12 y 10 años, a vivir con su tía Beatrice. Sin embargo, tuvo que revertir esa decisión y alquilar unas habitaciones cerca de la iglesia del Oratorio, donde ambos habían crecido en su educación católica al llegar a Inglaterra.
Debajo de la habitación en la que vivían, vivía la que iba a ser su mujer, Edith. Ella era anglicana y, cuando comenzó su relación, no parecía que eso pudiese cambiar. El propio Tolkien trató de convertirla por sus medios, sin conseguirlo. La joven pareja tuvo que distanciarse durante tres años.
El motivo era que Edith sí era mayor de edad, pero no John, que tenía 18 años. Él dependía legal y económicamente del padre Francis. Por obediencia y agradecimiento por todo lo que había hecho por él, tuvo que renunciar a estar con ella hasta los 21 años. Después de regresar con ella, Edith se acabó convirtiendo al catolicismo… aunque logrando el mismo efecto que la madre de Ronald. De hecho, la echaron de su casa.
Otra de las claves de la relación de Tolkien con el catolicismo eran los Inklings. Eran un grupo de amigos con los que se reunía a beber, leer y fumar. Entre ellos, estaba Clive Staples Lewis, teólogo, historiador de la literatura y creador de Las crónicas de Narnia. Con ellos, según las biografías, podía compartir sus escritos y conversaciones profundas sobre la fe, además de experiencias y entretenimiento.
La crítica, por el momento, se concentra en dos puntos: la producción y la narración. El hecho de no haber contado con los familiares vivos del filólogo para la producción de la película, el exceso de saltos temporales o la poca profundidad en la creación de Tolkien son algunos de los puntos negativos que se le acusan.
COPE