El Daesh ha sido derrotado, pero la paz no llega a Irak. Y los cristianos están, como siempre, en medio e indefensos», afirma el periodista de COPE Fernando de Haro, que estrena el documental «Nínive»
Una noche de agosto de 2014, miles de cristianos tuvieron que huir de varios pueblos y aldeas de la llanura de Nínive, en Irak. Cuatro de ellos son los protagonistas de «Nínive», el nuevo documental del periodista Fernando de Haro.
De Haro visitó hace unos meses Qaraqosh, Teleskof y Batnaya. «Acompañamos a nuestros protagonistas a sus casas, que estaban destruidas, y reconstruimos lo que les había ocurrido. Huyeron porque el Daesh había tomado Mosul, y vimos cómo esta organización terrorista había saqueado todo».
«Nínive» se va a emitir en las televisiones de 20 países tras haber cerrado un acuerdo para la distribución.En España solo se podrá ver, de momento, a través de la plataforma digital Vimeo.
Un genocidio «similar al armenio»
Este lunes se proyectará el documental a las 19 horas en la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Las personas que salen en la cinta –explica su autor a Alfa y Omega– son solo un ejemplo de cómo «ciudades y pueblos enteros que tuvieron que ser abandonados ahora están saqueados y destruidos». De Haro es buen conocedor de la persecución religiosa contra los cristianos. Ha elaborado documentales sobre la que sufren en Egipto, la India o Nigeria.
Pero lo ocurrido desde 2014 en la región iraquí de Nínive es distinto. «A diferencia de otros sitios donde hay ataques terroristas, aquí lo que se ha producido no es un genocidio, sino la limpieza religiosa de una zona, para controlar sus casas y sus tierras. Se pretende acabar con la vida de esos cristianos, que vivían en pueblos que eran suyos», mayoritariamente o totalmente cristianos.
«Allí habían rehecho su vida después de diversas persecuciones que han sufrido desde 2003 –recuerda el periodista–. Es un fenómeno muy parecido al genocidio armenio de comienzos del siglo XX». Por eso –pronostica– el problema no se resolverá con la derrota militar del Daesh, ya casi lograda. «Hay que vencer su mentalidad, erradicar la semilla de mal y destrucción que ha traído».
Una nueva huida
Cuando De Haro entrevistó a los protagonistas de su documental, «tenían la esperanza y el deseo de volver a casa. El regreso estaba empezando cuando yo me marchaba». Sin embargo, esta esperanza ha durado poco. La zona está siendo testigo de una nueva escalada de violencia, esta vez entre las fuerzas del Gobierno iraquí y las milicias chiítas por un lado, y el ejército kurdo, los peshmergas, por otro. Cientos de familias volvieron a huir de sus pueblos a comienzos de esta semana.
Estos pueblos no están dentro de la región autónoma del Kurdistán. Pero los peshmergas, que ayudaron a liberar estos pueblos del Daesh, también han intentado tomar su control. De hecho, el referéndum sobre la independencia del Kurdistán del 25 de septiembre también se celebró en algunas zonas fuera de la región autónoma, como la ciudad de Kirkuk.
«Hay una lucha entre kurdos, chiítas y sunitas por hacerse con el control de esta zona. Y los cristianos están, como siempre, en medio e indefensos». Algunos militan en las diversas fuerzas en conflicto o en sus propias milicias, que De Haro califica de «insignificantes». Pero «no tienen un proyecto militar propio. Generalmente apoyan al Ejército del Gobierno».
Desde la irrupción del Daesh, miles de cristianos han sido acogidos en territorio oficialmente kurdo. «Algunos son más favorable a la independencia que otros, pero en general no están contra los kurdos. Sí contra la pretensión de ampliar su territorio. Y, la verdad sea dicha, no se fían mucho de los proyectos que puedan tener los kurdos. Prefieren un proyecto nacional iraquí que les permita tener libertad y paz en sus ciudades».
Imagen: Un miliciano asirio