Gonzalo asiste al inicio de los trabajos de desmantelamiento de las infraviviendas del poblado chabolista.
El Consistorio gestionará un alojamiento temporal para sus 85 vecinos y el Gobierno regional, a través de la Agencia de Vivienda Social, adquirirá las viviendas para su realojo definitivo.
La consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Rosalía Gonzalo, ha asistido al comienzo de los trabajos de desmantelamiento del núcleo chabolista de ‘El Gallinero’. El derribo de este asentamiento y el realojo de las 85 personas que hasta ahora vivían en él se va a desarrollar gracias al convenio de colaboración suscrito entre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.
Esta actuación estará financiada al 50 % entre ambas administraciones e incluye también el acompañamiento social de estas familias para facilitar su proceso de integración en sus nuevos lugares de residencia y la limpieza y restauración de la zona, en la que se sitúa desde hace más de una década uno de los últimos núcleos chabolistas de la capital. Para ello, la Comunidad de Madrid ya ha aprobado un gasto de 1.960.000 euros.
El núcleo chabolista Francisco Álvarez, más conocido como ‘El Gallinero’, está situado en el distrito de Villa de Vallecas, a la altura del kilómetro 12 de la A-3. Sus orígenes se remontan a 2006, año en el que se detectó el asentamiento de alrededor de 16 familias procedentes de los campamentos de Canteros, que fueron instalándose en las ruinas de un antiguo gallinero.
La mayor parte de las 85 personas que habitan en la actualidad este asentamiento, la mitad de ellas menores, son de origen rumano y mantienen estrechos lazos con su país de origen, al que muchos viajan frecuentemente. Además, la mayoría de sus miembros comparten características como falta de documentación básica, escasa formación laboral y poco dominio del idioma español.
El convenio de colaboración entre la Comunidad y el Ayuntamiento señala que el Consistorio gestionará un primer alojamiento provisional de los habitantes de ‘El Gallinero’ que permita derribar las chabolas y comenzar los trabajos para la restauración del territorio al medio natural. En una segunda fase, la Comunidad, a través de la Agencia de Vivienda Social, adquirirá las viviendas necesarias para realojar a las familias que se le asignen en régimen de alquiler.
Viviendas independientes y alojamientos supervisados
Teniendo en cuenta las circunstancias de sus 85 habitantes, el proceso de realojo de cada familia dependerá de sus características socio-familiares, capacidad económica, arraigo y proceso de inclusión social. En función de estas variables, una de las opciones será la de proporcionar una vivienda independiente para la familia, que tendrá que responsabilizarse de su cuidado y del pago de la renta fijada o de otros gastos habituales.
Por otra parte, en los casos en los que se detecte una mayor necesidad de acompañamiento, se garantizará a estas personas el acceso a una prestación de alojamiento alternativo, temporal y supervisado por los servicios sociales, que colaborarán a su integración en el nuevo entorno. Una vez se constate que este proceso de integración se desarrolla positivamente, se facilitará el acceso de estas familias a una vivienda pública.
Gonzalo ha destacado la importancia del acuerdo entre ambas administraciones, “que hoy se pone en marcha sobre el terreno y nos va a permitir trabajar de la mano con el Ayuntamiento, cada uno dentro de sus respectivas competencias, para eliminar definitivamente este asentamiento y mejorar drásticamente las condiciones de vida de sus habitantes”.
La consejera también ha querido poner en valor el trabajo de los técnicos de la Comunidad de Madrid, que trabajan desde 2009 en la zona en actuaciones de acompañamiento social que han permitido recopilar y elaborar la información sobre el censo de sus habitantes, “que ha sido la base imprescindible para que hoy podamos empezar a escribir el epílogo de uno de los últimos poblados chabolistas de la capital”.
Fotos: D. Sinova