Izquierdo presenta la campaña de promoción de economía circular y sus 7R: rediseñar, reducir, reutilizar, renovar, reparar, reciclar y recuperar.
El objetivo es la transformación de residuos para que puedan reintegrarse en la producción de nuevos bienes y servicios.
La Estrategia de Residuos quiere situar a la Comunidad como referente en la implantación de la economía circular.
La Comunidad de Madrid impulsa la transición del actual sistema económico lineal, basado en la práctica de ‘usar y tirar’, a un nuevo modelo de economía circular, en el que todo se aprovecha, los residuos se transforman y, de esta manera, pueden reintegrarse en la producción de nuevos bienes y servicios, aproximándonos así al objetivo de ‘residuos cero’.
La implantación en la región de este modelo de economía circular, que permite reducir el consumo de energía y el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente, exige la colaboración e implicación de ciudadanos, empresas, organizaciones y administraciones públicas.
Por ello, el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Carlos Izquierdo, ha presentado la campaña de sensibilización, realizada en colaboración con Ecoembes. El Gobierno regional ha destinado 429.974 euros a esta campaña, que se desarrollará entre el 24 se septiembre y el 14 de octubre, en prensa, radio, televisión y cartelería, dando continuidad a la del año pasado.
Izquierdo ha afirmado que el cambio a un modelo de economía circular es una necesidad inaplazable y ha resaltado la importancia de la colaboración de todos en su puesta en práctica, en aspectos como el reciclaje. Ha recordado que “los municipios madrileños recogen cada año más de 77.000 toneladas de papel y cartón, incluidos los envases tipo brik, y más de 87.000 envases de vidrio”, animándoles a mejorar estas cifras. Asimismo, ha insistido en que “el mejor residuo es aquel que no se produce, y no debemos considerar que hay residuos, sino materiales”.
Este nuevo modelo de producción y consumo hace posible el desarrollo económico dentro de los límites de los recursos naturales, aprovechando los residuos para convertirlos en recursos y apostando por la innovación para generar tejido industrial y empleo verde. Asimismo, introduce las 7R que lo hacen posible, que son: renovar, reciclar, recuperar, rediseñar, reducir, reutilizar y reparar.
De esta manera, el consumidor puede rediseñar los objetos para mejorar su vida útil; reducir el consumo directo; reutilizar las cosas para utilizarlas el máximo tiempo posible; renovar el uso de objetos antiguos para que vuelvan a ser usados; reparar objetos en vez de desecharlos directamente cuando dejan de funcionar; reciclar adecuadamente; y recuperar, es decir, recoger materiales usados para volverlos a emplear en la producción de nuevos productos. Además, la Comunidad pone a disposición de los ciudadanos una página web con numerosas propuestas para desarrollar este modelo: www.madrid7r.es.
El consejero ha destacado los numerosos beneficios de la economía circular, como “mantener el valor de los productos y componentes el mayor tiempo posible, pero también otros más amplios como la creación de empleo, la promoción de innovaciones en productos y servicios, y la protección de las personas y el medio ambiente”. Asimismo, ha recordado que esta misma semana la Comunidad ha destinado 950.000 euros en ayudas a las corporaciones locales para la construcción y equipamiento de puntos limpios, puesto que la recuperación, reutilización y reciclaje es la opción prioritaria en la gestión de los residuos domésticos.
Estrategia de residuos 2017-2024
La campaña, asimismo, alude a la nueva Estrategia de Gestión Sostenible de los Residuos de la Comunidad de Madrid (2017-2024) que el Gobierno está ultimando y que será presentada en el último trimestre del año.
Con dicha Estrategia, el Gobierno regional pretende situar a la región como referente en la implantación del nuevo modelo de economía circular y situarse entre las más avanzadas de Europa, dando cumplimiento al compromiso de avanzar en la reducción de residuos con el horizonte puesto en el ‘vertido cero’ que la Unión Europea ha fijado para el año 2020.