En un mensaje con ocasión de la 103ª Jornada católica que se celebra en Erfurt, Alemania, bajo el lema «El hombre de paz tiene futuro», el Santo Padre subraya que las numerosas crisis morales, sociales, económicas y políticas de hoy están unidas entre sí y preocupan toda la humanidad: deben abordarse «en todos los niveles de la vida social, económica y política» y deben realizarse esfuerzos para garantizar que los últimos «tengan mejores condiciones de vida».
Ciudad del Vaticano, 29 de mayo 2024.- “Es necesaria una conversión, una nueva orientación efectiva”, porque “las numerosas crisis morales, sociales, económicas y políticas que atravesamos están todas unidas entre sí” y por tanto “la preocupación por la naturaleza, por la justicia en relación a los pobres, el compromiso con la sociedad, la protección de la vida y de la familia, la defensa de la dignidad de toda vida humana y la paz exterior e interior van de la mano». Así escribe el Papa Francisco en el mensaje con motivo de la 103ª Jornada Católica, Deutscher Katholikentag, que se celebra en Erfurt, Alemania, con el lema «El hombre de paz tiene futuro», subrayando que «los problemas conciernen a todos y sólo pueden resolverse juntos» y para ello necesitamos «un diálogo amplio, posiblemente con muchas voces en todos los niveles de la vida social, económica y política». Para Francisco, las múltiples oportunidades de debate que ofrece el Katholikentag «con muchos altos representantes de la vida social ofrecen una buena oportunidad en este sentido».
Orientarse hacia Dios y dirigirse a los demás
Los cristianos están llamados a llevar adelante la misión de Jesús, encaminada a hacer que el hombre vuelva a orientarse hacia Dios, renovando y sanando su «relación con sus hermanos, con la creación y, por último, consigo mismo», subraya el Papa, precisando que si «la unidad y la armonía de los orígenes deseadas por Dios para toda la creación se han ‘descontrolado'» porque el hombre «no confía en Dios, sino que desconfía de él», «no hace lo que le agrada» sino que sigue su propio camino», «ya no utiliza la creación según las intenciones del Creador, sino que abusa y maltrata de ella para sus ambiciones egoístas de poder y ganancia», Cristo, en cambio, «ha llamado a la injusticia por su nombre y ha condenado las desigualdades” y “restablecer el orden divino” a menudo ha “trastornado la lógica y el orden de los valores humanos” y de esta manera ha traído la paz.
Comprométete a dar voz a quienes no son escuchados
En la Cruz, «a la violencia no se respondió con violencia, a la muerte no se respondió con el lenguaje de la muerte», señala Francisco, explicando que, como dijo en la meditación matutina celebrada en la Casa Santa Marta el 7 de septiembre de 2013, «en el silencio de la Cruz acalla el rugido de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo y de la paz». Jesús «da a los hombres una nueva esperanza, un futuro en tiempos difíciles», a los «marginados, a los enfermos, a los que estaban atrapados en el pecado», añade el Papa, que insta a los creyentes a dar a los más pequeños «una nueva dignidad y hacerles sentir” que no están solos. “Pero también queremos implicarnos en la opinión pública y en la política – continúa el Pontífice – para que tengan mejores condiciones de vida y, sobre todo, para dar voz a quienes no son escuchados”. Francisco también reitera que «sin justicia no puede haber paz» y observa que en Europa y «también en otras partes del mundo, los derechos humanos fundamentales en este momento parecen amenazados: debido al creciente antisemitismo, al racismo y a otras ideologías que tienden a hacia el extremismo y la violencia».
La oración puede lograr un cambio pacífico
Finalmente, el Papa subraya que la Jornada Católica es también «un lugar de encuentro ecuménico y de diálogo interreligioso» y que «es necesaria la colaboración de todas las personas de buena voluntad» para «construir un futuro pacífico». Al respecto, recuerda el fuerte testimonio común de los cristianos ofrecido en 1989, cuando en Erfurt se elevaron oraciones por la paz en la iglesia de San Lorenzo y en la iglesia evangélica de los Predicadores, un «milagro de cambio pacífico, iniciado por personas orantes» que ha mostrado “de lo que es capaz la oración”. “El hombre de paz tiene futuro. Esta certeza es para nosotros una advertencia y un estímulo», concluye Francisco, que nos insta a orar unos por otros y «por la paz» y espera que el Katholikentag pueda ser de gran enriquecimiento espiritual.
TIZIANA CAMPISI