«La situación de Nicaragua es sumamente difícil» y, actualmente, el país se encuentra sumido en una «crisis humanitaria». Ante la «revolución pacífica» del pueblo, «el Gobierno ha respondido» con una desmesurada «violencia que ha provocado ya más de 300 muertos», ha denunciado el sacerdote en TRECE
El padre Juan José Ortiz ha sido testigo directo de la cruel represión del presidente de Nicaragua hacia su pueblo. Es más, ha sido víctima de agresiones e insultos de grupos paramilitares que buscan acallar la voz de la Iglesia en su denuncia de la grave crisis humanitaria que vive el país desde el pasado mes de abril.
El sacerdote acaba de aterrizar en España procedente de su Managua natal y ha ofrecido su testimonio en el programa Perseguidos pero no olvidados de Ayuda a la Iglesia Necesitada, en TRECE. En nuestro país, estudia Teología Moral en la Universidad de Navarra gracias a una beca del Centro Académico Romano Fundación (CARF).
Crisis humanitaria
Para Ortiz, «la situación de Nicaragua es sumamente difícil» y, actualmente, el país se encuentra sumido en una «crisis humanitaria». Ante la «revolución pacífica» del pueblo, «el Gobierno ha respondido» con una desmesurada «violencia que ha provocado ya más de 300 muertos. Hay mucho dolor y tristeza en este momento».
Ante este clima, «la Iglesia ha tomado una posición muy firme en cuanto a la defensa de los derechos humanos» y «se ha posicionado junto al pueblo que sufre», ha explicado el padre Juan José.
Paralelamente, la Iglesia no ha cejado en su empeño por restablecer el diálogo nacional e incluso «ama y reza por aquellos de quienes solo ha recibido golpes e insultos».
En su propia carne
Precisamente, el sacerdote ha tenido que soportar los insultos y los golpes de las turbas sandinistas. Ortiz estuve presente en el famoso episodio de Masaya, en el que los obispos del país consiguieron detener, Santísimo en mano, los ataques contra la población.
«Estábamos en la catedral de Managua durante una jornada de oración ante el Santísimo y nos avisaron de que había una alta probabilidad de que sucediera una masacre en Masaya», ha contado Ortiz durante el programa. De camino, «vimos varias columnas de grupos paramilitares que se dirigían hacia allí» y, al llegar, la gente se arrodillaba y daba gracias a Dios por la presencia de los obispos y sacerdotes». A los paramilitares no les quedó otro remedio que retirarse.
El padre Juan José Ortiz también estuvo presente en la basílica de San Sebastián, donde los grupos militares agredieron físicamente a los prelados nicaragüenses e incluso al nuncio en el país.
«Al bajar del microbús nos empezaron a increpar y nos tuvimos que refugiar en la basílica de San Sebastián». Los violentos querían entrar bajo el pretexto de «que ocultábamos armas y terroristas». Finalmente, accedieron al templo y «golpearon a todos los sacerdotes que se encontraban en el interior».
Mejor morir que matar
Más allá de su propia experiencia, el padre Juan José Ortiz, principalmente, es testigo de que «el nicaragüense medio prefiere morir antes que matar. La gente quiere paz y no volver a la guerra. Los nicaragüenses se están inmolando por una Nicaragua mejor, distinta y en paz».
Por ello, concluye el sacerdote de Managua, «pedimos mucha oración y que no se olviden de Nicaragua en este momento, los necesitamos muchísimo. El apoyo moral e internacional está siendo determinante para nuestra nación y nos levanta la moral».
José Calderero de Aldecoa @jcalderer
(Foto: TRECE)