Un pastor «que conoce una diócesis urbana» y, ahora, con «la mirada a la Iglesia universal» desde el cardenalato: esta es la experiencia que el arzobispo de Madrid aportará a la Iglesia en España.
7 de marzo 2024.- El arzobispo de Madrid, José Cobo, ha sido elegido en la mañana del 5 de marzo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. En entrevista con Alfa y Omega el día de su elección, analiza las debilidades y fortalezas de la Iglesia en España y qué puede aportar a su nuevo servicio.
Los obispos han expresado que no hay un programa electoral, que lo primero es la comunión. ¿Cómo podemos trasladar esa comunión a la Iglesia local y a la sociedad?
En estos tiempos de polarización y enfrentamiento, la Conferencia y el conjunto de la Iglesia tienen la labor de tender puentes y de crear comunión. Y no solo hay que hablar de dicha labor, sino vivirla y contar a nuestros vecinos que es posible ir más allá del enfrentamiento y crear espacios de encuentro. El servicio que podremos hacer es ofrecer modelos y cauces para este encuentro. Primero entre nosotros, entre las diócesis y las realidades eclesiales. Y después ofrecerlos a nuestra sociedad; el diálogo, el consenso, la amabilidad y la capacidad de encuentro. Esto lo tendremos que hacer también hacia dentro de la Iglesia y esa es una función fundamental de la Conferencia Episcopal.
¿Qué puede aportar usted a la Iglesia a nivel nacional?
Mi experiencia primero es como pastor y como aquel que conoce una diócesis urbana y ha trabajado desde dentro. Y también empieza a ser la mirada a la Iglesia universal desde el servicio al Papa a través del cardenalato. Creo que estas dos misiones imbricadas pueden ser una aportación nueva a la Conferencia Episcopal, porque cada uno viene desde su realidad. La realidad de la presidencia es la de Valladolid, una diócesis concreta, y también se aporta la visión de una gran ciudad como Madrid.
¿Cuáles cree que son las fortalezas y los aspectos para mejorar en la Iglesia en España?
La gran fortaleza de la Iglesia siempre, y en todos los tiempos, es la fe que tiene y el tesoro que esconde, que es la presencia de Jesús. Es la gran aportación que tenemos que hacer en nuestro mundo. Eso luego se condensa y se materializa en una cantidad de experiencias ricas y fraternas. Nuestros barrios y pueblos están plagados de cristianos que están entregando la vida. Esta es la gran fortaleza de la Iglesia: la presencia callada, silenciosa y rica de tantos laicos y laicas que van dejando su vida. De tantas familias que van viviendo la fe y que en silencio van anunciando que es posible vivir de otra manera.
¿Qué retos tiene la Iglesia por delante?
Revitalizar su laicado y su vocación bautismal de dialogar con nuestra sociedad y descubrir las grandes luces que hay en nuestro mundo, sin enfrentamientos y sin condenas.
Por otro lado, saber decir a nuestro mundo cuál es la luz de Jesucristo, cuál es la presencia y por dónde está presente Dios en nuestro mundo. Creo que el gran reto es aprender a desvelar la presencia de Dios entre nosotros y comunicárselo amablemente a nuestra gente.
Y, por fin, está el reto de dar a conocer lo mejor que tenemos, que es la misericordia de Dios, y estar siempre al pie de los últimos, con los que nos anuncian el Evangelio de Jesucristo, que son los más pobres. En cada lugar tienen un rostro concreto: pueden ser los inmigrantes, los desfavorecidos, los más vulnerables o las víctimas. Pero siempre los últimos, que son el rostro más vivo de Jesucristo.
SANTIAGO TEDESCHI
Alfa y Omega
Imagen: José Cobo, durante la rueda de prensa tras su elección como vicepresidente de la CEE.
(Foto: Europa Press / A. Pérez Meca).