La Coordinadora de las Conferencias Episcopales para la Iglesia en Tierra Santa acaba de concluir su tradicional peregrinación a la zona, con el foco este año puesto en los jóvenes. El viaje estuvo también marcado por la decisión del presidente de EE. UU. de reconocer como capital Jerusalén, lo cual «ha alejado las expectativas de paz», dice el arzobispo Joan Enric Vives, que representó a España en este viaje.
Ha sido una visita centrada en los jóvenes.
Por la cercanía del Sínodo sobre los jóvenes, hemos querido poner el foco en ellos, ver los problemas que tienen y ofrecerles al menos la esperanza de una salida. La verdad es que hay entre ellos bastante decepción. Sobre todo entre los palestinos, y concretamente en los que viven en Gaza, que no ven más futuro que la emigración.
En la nota que la coordinadora de obispos publicó se habla del deseo de los jóvenes de un lado y otro del muro de Gaza de conocerse…
Desearían conocerse, pero es difícil. La opresión, los controles, la ocupación de tierras, la propaganda política… lo hacen muy difícil.
¿Cuál es la postura de la Iglesia sobre el conflicto entre Israel y Palestina?
Defendemos dos estados reconocidos internacionalmente y que en la ciudad de Jerusalén rija un estatuto internacional especial como ciudad santa de cristianos, judíos y musulmanes.
En medio de la contienda entre judíos y palestinos, ¿olvidamos a veces que también hay cristianos?
Queremos reivindicar que Jerusalén es una ciudad santa también para los cristianos. La Tierra Santa también es nuestra y tenemos derecho a entrar y salir con total libertad.
Los cristianos, empezando por las comunidades religiosas, están haciendo una gran labor social allí. Por ejemplo, en Gaza, donde solo hay 135 católicos, las Misioneras de la Caridad, las de la madre Teresa de Calcuta, atienden a niños con discapacidad, los más pobres entre los pobres, en un lugar pobre y cerrado. También están las Hermanas del Rosario y los religiosos y religiosas del Verbo Encarnado.
¿Cómo es la situación de los seguidores de Jesús en estas tierras?
Aunque ha disminuido su presencia, en los últimos años se mantiene estable. Están preocupados porque tienen problemas con las tierras, la vivienda y el trabajo, y les gustaría que el futuro de sus hijos fuera más estable. Pero aman su tierra y son conscientes de que tienen un papel fundamental en la paz y reconciliación, y que pueden ser puentes entre opuestos.
¿Y qué deberíamos hacer los cristianos que vivimos en este lado del planeta?
Hay que rezar por la reconciliación, la paz y la justicia. Hay que ayudarlos con aportaciones económicas o apoyando algún proyecto concreto en la zona, porque son nuestros hermanos y necesitan nuestra ayuda. Y, finalmente, seguir peregrinando a estas tierras, porque es seguro, y hacerlo con agencias que se apoyen allí en las comunidades cristianas. Debemos sentir Tierra Santa como algo propio y actuar en consecuencia.
Fran Otero @franoterof
Imagen: Monseñor Vives habla con una religiosa en la casa Beit Emmaus, en Qubeibeh.
(Foto: Mazur/catholicchurch.org.uk)