‘El gran desafío es conseguir que Cracovia sea un lugar muy acogedor para todos, donde se pueda rezar, compartir, divertirse, conocer la historia de Polonia, hacer muchos amigos’
(ZENIT – Roma).- 2.400 bomberos. 7.500 policías. 3.000 militares. 6.000 voluntarios de bomberos. No son los datos para un gran evento deportivo o una concentración de líderes políticos. Es el despliegue necesario para garantizar la seguridad y el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Cracovia, Polonia, del 26 al 31 de julio. Se calcula que podrían ser 2 millones de personas, procedentes de 187 países, las que se reunirán para celebrar, acompañados por el Santo Padre, la alegría de la fe en un fiesta de la juventud. Además, estarán también acompañados por 47 cardenales, 800 obispos y 20 mil sacerdotes.
Fue el mismo papa Francisco, al finalizar la anterior JMJ (Río de Janeiro 2013) quien convocó a los jóvenes de todo el mundo a encontrarse de nuevo en Cracovia, la tierra de Juan Pablo II, creador e impulsor de estas Jornadas.
Han sido tres años de organización, preparativos, reuniones, encuentros y mucha oración. Cuando queda poco más de una semana para que comience la JMJ, ¿dónde se concentra la mayor parte del trabajo?
Yago de la Cierva, coordinador del departamento de comunicación internacional de la JMJ, explica a ZENIT que el trabajo estos días se centra “en los millares de detalles finales de formación de los voluntarios internacionales, que llegaron el domingo y han inundado la ciudad con sus mochilas azules”.
También en la logística (distribuir las mochilas en los lugares de alojamiento); los actos centrales (últimos retoques a los guiones de los actos, planificación de los ensayos, etc.), el plan cultural (que se presenta mañana), la comunicación (instalaciones del centro de prensa, nueva APP, nueva página web), y un larguísimo etcétera.
Por otro lado, asegura que el gran desafío es “conseguir que Cracovia sea un lugar muy acogedor para todos, donde se pueda rezar, compartir, divertirse, conocer la historia de Polonia, hacer muchos amigos…”.
Ahora que miles de jóvenes de todo el mundo están preparando sus maletas para poner rumbo a Cracovia, Yago de la Cierva les aconseja que “traigan mucha alegría, muchos recuerdos del propio país para intercambiar”. Desde un punto de vista más práctico recuerda algunos elementos fijos para la mochila: “zapatos para caminar bajo la lluvia, alguna prenda de abrigo (forro polar, porque hace frío por la noche), una batería extra de móvil, y… ¡unos cuantos amigos más, que hay sitio para todos!”
Finalmente, de la Cierva hace una valoración de lo que supondrá, para Cracovia y para Polonia, un evento de tal envergadura. “Esperamos que traiga en primer lugar muchos frutos espirituales: que millones de personas, venidas a Cracovia o que sigan la JMJ por internet, radio o televisión, conozcan el mensaje de la divina misericordia y lo incorporen a sus vidas; y que se pregunten si Dios tiene un plan para ellos, de modo que sean felices cumpliendo la voluntad de Dios”, indica.
Del mismo modo, se espera, para la ciudad y el país, “que la gente se enamore de esta ciudad preciosa, se maraville de la historia tan accidentada e inspiradora, y se proponga volver”.
Rocío Lancho García
Foto: Yago de la Cierva
coordinador del departamento de comunicación internacional de la JMJ