El nuevo Delegado de Cáritas Diocesana de Madrid pide «volver a Jesús de Nazaret» para acoger a los más vulnerables sin prejuicios. «Hay veces que se nos pegan ideologías», advierte.
Su nombramiento viene avalado, de alguna forma, por su trabajo como coordinador de la Vicaría IV, que cubre Puente de Vallecas, Villa de Vallecas y una parte de Atocha. ¿Qué se ha encontrado allí?
El nombramiento no se si viene avalado por nada, eso habría que preguntárselo a José Cobo. Lo que sí es cierto es que en toda mi vida sacerdotal me ha movido mucho el tema de la exclusión. Primero con los claretianos y después en la vicaría. En Vallecas están siete de los diez distritos más pobres de Madrid en renta, con unos niveles de paro significativamente más altos que en cualquier otro sitio y donde ahora ha llegado un nutrido grupo de población migrante. Aquí he podido tocar la realidad de mucha gente que está en proceso de búsqueda de dignidad de su vida. Es una cosa que siempre me ha llamado la atención, porque es una dimensión que, a mí, personalmente, me identifica más con el Dios en el que creo.
Más allá de la Vicaría IV, ¿cómo hacer que esa acogida al que «está en proceso de búsqueda de dignidad» interpele a todos la Iglesia de Madrid? ¿Es un reto que tienen en Cáritas?
Sí es un reto. Primero porque hay un pequeño sesgo, en mi opinión, sobre Cáritas. Puede parece que es una institución más o menos grande, pero Cáritas, en realidad, es la vivencia de la caridad que tienen los creyentes de la Iglesia de Madrid. Con lo cual, cada una de las parroquias que hay en la ciudad debiera ver cómo vivir la caridad, porque es una dimensión fundamental de su fe. Jesús de Nazaret pasó por la vida haciendo el bien y cuidando a los oprimidos por el mal y nosotros debemos hacer lo mismo. Lo que ocurre es que hay parroquias a las que les cuesta vivir eso, yo creo que porque están encerradas en sí mismas. José Cobo habla mucho de la diocesaneidad. Claro, si tu piensas que la Iglesia es solo tu parroquia, pues estamos fastidiados. Cuando te das cuenta de que no, la cosa cambia. Y luego, por otro lado, pienso que a veces politizamos la fe. Pasa, últimamente con el tema de los migrantes. Nos olvidamos muchas veces de nuestra fe y nos dejamos llevar por los sentimientos politizados que hay en la sociedad.
¿Existe algún proyecto en Cáritas para ayudar a superar esos prejuicios, sobre toda frente los migrantes?
Sí, en Cáritas trabajamos para superar esos prejuicios. De hecho, ahora estamos en una dinámica de hacerlo junto con otras entidades eclesiales con las que compartimos una misma línea de cuidado del migrante. Aunque también te digo que es algo bastante natural ahora mismo. De hecho, si vas a cualquier parroquia, en la mía —Santa Irene— por ejemplo, actualmente el porcentaje de personas migrantes que atendemos supera el 70 %. Es una labor muy necesaria y en la que todavía hay que hacer mucho hincapié de cara a los creyentes. Hay fieles a los que habría que preguntarles en qué Dios están creyendo si se dedican a lanzar mensajes de odio contra las personas que están llegando. Hay veces que se nos pegan ideologías, sentimientos de confrontación —tan de moda ahora—, por eso hay que volver al núcleo de la fe, a Jesús de Nazaret.
¿Y cuántos de esos migrantes vienen derivados de unos servicios sociales municipales que se encuentran colapsados? ¿Cómo se encuentra la situación ahora mismo?
No hay una estadística fiable, pero sí te puedo decir que siguen llegando migrantes a las parroquias derivados de los servicios sociales [N. d. R.: Cuando la acogida municipal está llena, hay migrantes a los que les apuntan en un papel la dirección de varias parroquias a las que pueden ir para ser acogidos]. En mi parroquia pasa. En muchos casos, los servicios sociales no llegan, están desbordados y falta personal, pero para solucionar la situación es absolutamente necesario que las distintas Administraciones se pongan de acuerdo para hacerlo.
Acaban de iniciar el curso desde Cercedilla junto al arzobispo. ¿Qué ideas han bajado de la sierra?
Se habló del Sínodo, de cómo tenemos ahora una oportunidad para ir dibujando entre todos la Iglesia de Madrid y del papel de Cáritas en este proceso. Se insistió también mucho en la idea de construir diocesaneidad. Y del Jubileo de la Esperanza.
Bio
Antes de su nombramiento, el nuevo delegado de Cáritas, Javier Ojeda, pasó 13 años como director de la Fundación Proclade, de los misioneros claretianos. La entidad trabaja en 20 países diferentes en proyectos de cooperación al desarrollo, ayuda humanitaria, acción social y educación. Posteriormente, ejerció de coordinador de Cáritas de la Vicaría IV, en cuyo territorio se encuentran varios de los distritos más pobres de Madrid. «Desde mi experiencia, no entiendo una fe que no esté enlazada a la caridad», asegura.
JOSÉ CALDERERO DE ALDECOA
Alfa y Omega