Un documental sobre los dos mártires premiado en el Festival de Cine Católico en Roma
En agosto de 1991, Juan Pablo II estaba en Cracovia para la Jornada Mundial de la Juventud. Precisamente en esos días le llegó la noticia del asesinato sucedido el 9 de agosto en Perú de dos franciscanos polacos, Zbigniew Strzałkowski y Michał Tomaszek, a manos de miembros de Sendero Luminoso, la organización armada de inspiración maoísta. En los mismos días, estaba el Polonia por un periodo de vacaciones también el superior de los franciscanos asesinados, el padre Jaroslaw Wysoczanski. Precisamente gracias a esta coincidencia él escapó de la muerte segura junto a los dos hermanos, después beatificado en diciembre de 2015 en la diócesis peruana de Chimbote, donde desarrollaban su misión.
El padre Jaroslaw ha decidido recordar este dramático acontecimiento participando en la realización de un documental del director polaco Krzysztof Tadej. El trabajo fue premiado el pasado 23 de junio durante el Festival Internacional del Cine Católico (Mirabile Dictu) con el prestigioso Pez de Plata. ZENIT ha entrevistado al ex superior de los dos mártires polacos.
¿Cómo terminó un grupo de franciscanos polacos en misión en una zona remota de Perú?
— Padre Wysoczanski: La orden franciscana quería reforzar su presencia misionera en América Latina con ocasión del 500º aniversario de la evangelización del continente. Se decidió abrir una nueva misión en Pariacoto, en la diócesis de Chimbote, en la zona montañosa y aislada de Perú. Esta debía ser organizada por los hermanos polacos. Viajamos el 3 de noviembre de 1988.
¿En qué consistía su trabajo misionero?
— Padre Wysoczanski: Al principio teníamos que organizar pastoralmente todo el territorio de la misión que era muy grande, con 74 pueblos. Para llegar a los pueblos más aislados se requerían 24 horas de viaje a caballo. En cada viaje se prepararon dos catequistas y para estar personas en Pariacoto organizamos una escuela de catequistas. Nuestro segundo gran compromiso era sobre la situación social: en ese periodo Perú estaba golpeado por la sequía y la epidemia del cólera, hacíamos de todo para ayudar a la gente a afrontar estos graves problemas.
¿Cómo fueron asesinados sus hermanos por los ‘senderistas’?
— Padre Wysoczanski: La noche del 9 de agosto, los ‘senderistas’ llegaron a la misión de Pariacoto para buscar a los sacerdotes. Se encontraron en ese momento solo a mis dos hermano porque yo había viajado a Polonia de vacaciones. Fray Zbigniew y fray Michał se presentaron a los terroristas y enseguida fueron cargados en una camioneta que les sacó del pueblo. En el coche subió también una valiente monja peruana, sor Berta, que se convirtió en testigo de las acusaciones hechas por los terroristas a los frailes y de esta especie de grotesco ‘proceso revolucionario’.
¿Por qué estaban en el punto de mira de los ‘senderistas’?
— Padre Wysoczanski: Porque la gente en vez de seguirles a ellos y su ideología, colaboraba con la misión. Paradójicamente los franciscanos fueron acusados de hacer el bien (daban de comer a la gente) y por ello de frenar la rabia del pueblo y de ralentizar la revolución. Se les acusaba de ser mandados por Juan Pablo II y por la CIA, de proclamar a Dios cuando, para ellos, la religión era el opio de los pueblos. Asesinando a los sacerdotes querían expresar también su odio hacia la Iglesia y el Papa que a sus ojos mantenía el sistema imperialista en el mundo. Mis hermanos fueron ajusticiados junto al alcalde de Pariacoto por un golpe en la nuca poco después del ‘proceso’ cerca del pequeño cementerio del país. Los terroristas dejaron un mensaje en el cuerpo ensangrentado de padre. Strzałkowski: “Así mueren los siervos del imperialismo”.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué un hermano de la misión –es decir, usted– sobrevivió?
— Padre Wysoczanski: Me repito a menudo que Dios no ha querido la muerte del pecador sino que se convirtiera. Entonces me ha dado aún más años para vivir. Dios hace a ciertas personas mártires, las otras son testigos de su martirio. Yo soy un testigo del martirio de mis hermanos pero también de su trabajo misionero y de sus ideales.
Usted ha participado en la realización del documental que cuenta el martirio de los franciscanos. La película ha sido premiada durante el Festival Internacional de Cine Católico como mejor documental. Debe de estar contento…
— Padre Wysoczanski: El documental de Krzysztof Tadej fue grabado antes de que la beatificación de mis hermanos en 2015. Durante las grabaciones me preguntaba: ‘¿qué quiere Dios de nosotros a través del testimonio de fray Zbigniew y fray Michał?’. El documental es la respuesta a esta pregunta: ‘No podemos gastar nuestra vida’. La película nos empuja a reflexionar sobre qué fundamento construyo mi fe y mi testimonio de Cristo. Los franciscanos polacos murieron hace 25 años pero el martirio de los cristianos continúa también hoy: su sangre fluye en un gran río de la sangre de los testigos de Cristo que fluye sin césar desde hace dos mil años. Espero que los dos beatos puedan pronto convertirse en patrones de la lucha pacífica con el terrorismo y nos movilicen a la oración por la paz.
Włodzimierz Rędzioch (ZENIT – Roma)