En la cercana ciudad de Ascoli Piceno. Los muertos son casi 300
(ZENIT – Roma).- En el día de luto oficial en Italia por las víctimas del terremoto que ha golpeado el centro del país, se ha realizado una misa de exequias en el cercano municipio de Ascoli Piceno, en la región Marche, con la presencia del presidente de Italia, Sergio Matarella y del presidente del Consejo de ministros, Mateo Renzi.
La ceremonia religiosa se desarrolló el sábado 27 en el gimnasio adyacente al Hospital Manzoni de dicha ciudad, donde se encontraban alineados 34 cajones, delante de un altar con un crucifico rescatado de las ruinas de un templo derrumbado por el sismo.
El terremoto de la madrugada del pasado miércoles 24 deja un saldo provisional de 290 personas muertas y cientos de heridos. Las posteriores réplicas causaron la parcial destrucción de algunos puentes, dificultando el paso de los vehículos pesados. “Tenemos que asegurarnos de que Amatrice no quede aislada, o de lo contrario corremos el riesgo de que no pueda llegar ayuda adicional” señaló su alcalde Sergio Pirozzi. La bandera está a media asta en todo el país.
El obispo de Ascoli Piceno, Mons. Giovanni D’ercole se interrogó durante su homilía en la misa: ¿Y ahora qué se hace?, pregunta que escuchó muchas veces en estos días de las familias de las víctimas, de quienes ya no tienen una casa,“pronunciadas con el llanto y la mirada perdida en la nada”, dijo.
“Aparentemente no hay respuesta –señaló el obispo– y entretanto si se mirar debajo de las lágrimas, nosotros podemos decir que el terremoto, como la enfermedad, el dolor y la muerte, pueden quitarnos todo, excepto el humilde coraje de la fe”. Y “sin el manantial de la fe estaríamos en el umbral de la miseria más negra”.
Dirigiéndose a los jóvenes recordó que “es sabio dialogar con la naturaleza y no provocarla indebidamente” aunque los terremotos no se pueden prever. “Nuestra fe, nuestra difícil fe nos indica como retomar el camino: con los pies en la tierra y la mirada al cielo”. Concluyó invitándolos a no tener miedo y aseguró que no serán abandonados.
De otro lado el primer ministro Matteo Renzi, declaró el estado de emergencia en la zona afectada y autorizó la entrega de 56 millones de euros para un primer auxilio a los damnificados del sismo.
El Gobierno italiano también declaró este sábado como día de duelo nacional y programó un funeral de Estado para el próximo miércoles.
Sergio Mora