(ZENIT).- El pasado mes de julio se publicó en el Journal of Medical Ethics un artículo, firmado en primer lugar por Julian Savulescu, en el que se reflexiona sobre la importancia que la filosofía tiene en el contexto de la ética médica, con motivo de su cese como Editor de la revista.
Comenta Savulescu que “cuando él accedió a la dirección del Journal of Medical Ethics, hace siete años, manifestó que esta revista es una de las más importantes del área médica, pues las cuestiones más profundas relacionadas con los profesionales de la salud tienen una faceta ética, incluso más importante que la científica o la técnica”. No hace falta decir que también nosotros abundamos en esta opinión.
“La ética aumenta en importancia cuando la tecnología desarrolla nuevas posibilidades, pues donde no se promueven éstas no se plantean cuestiones éticas”, afirmación que compartimos, aunque somos de la opinión que las dudas éticas hay que plantearlas antes del desarrollo de nuevos proyectos tecnológicos, cuando estos se inicien.
“Durante estos siete años, temas tales como la creación de organoides cerebrales, quimeras humanas o no humanas, transferencia mitocondrial, edición genética de embriones y gametogénesis desarrollada in vitro, han crecido extraordinariamente. Estos avances plantean cuestiones relacionadas con el estatus moral de los humanos, por lo que conviene definirlos, a la vez que reflexionar sobre sus bondades éticas”.
Continua Savulescu afirmando que él está orgulloso de las contribuciones del staff de la revista para reflexionar acerca de estos cambios, pero que todavía hay mucho que hacer.
Julian Savulescu
Un campo en el que hay que seguir profundizando es el de los aspectos éticos sobre el empoderamiento de los pacientes a través de internet y en el debate sobre la definición de la muerte, que parecía resuelto hace tres décadas, pero que hoy ha vuelto a activarse. En relación con ello, opina Savulescu, que un ejemplo paradigmático de la necesidad de dicho debate, es el reciente caso de Charlie Gard y las disputas que se establecieron entre el juez Francis y el propio Savulescu y su colega Dominic Wilkinson, al plantear preguntas tales como ¿qué experiencia había en un caso como el de Charlie Gard en el mundo? ¿cuál fue el sufrimiento de este niño? ¿cuál fue la oportunidad de aplicarle el tratamiento experimental que sus padres deseaban? ¿cuáles serían los beneficios o prejuicios del tratamiento propuesto? Después de una amplia discusión de estos temas con otros colegas, la división de opiniones se mantenía, incluso con Dominic Wilkinson, colega especializado en neonatología y coautor del trabajo, quien mostraba opiniones distintas a las del propio Savulescu.
Este caso, junto con el de Alfie Evans, ha puesto de manifiesto la importancia que los debates éticos que se tienen en estas circunstancias y también la necesidad urgente de llevarlos a cabo.
Estos debates en la filosofía antigua constituyen la base de la dialéctica, que sin duda fue la llave que hizo progresar a la filosofía.
Así mismo comentan Savulescu, Douglas y Wilkinson que, aunque participaron en el debate eminentes expertos en Bioética, principalmente de Estados Unidos, otras revistas biomédicas podrían haberse implicado también en dicho debate.
La importancia de encontrar un punto de consenso
Siguen comentando los autores que en este tipo de debates es importante encontrar un punto de consenso, cosa que no se pudo lograr en los casos de Gard y Evans, aunque dicho disenso fue sin duda positivo porque permitió profundizar en los aspectos éticos de estos casos. Al hilo de ello, Wilkinson y Savulescu manifiestan que van a publicar un libro, que verá la luz próximamente, en el que tratarán de profundizar sobre ambos casos clínicos, para explorar nuevos caminos de progresión bioética, a pesar de las discrepancias existentes entre los distintos expertos que han opinado sobre el caso.
Continúan comentando que algunos profesionales, cuando escuchan la palabra “ethics” creen que únicamente sirve para plantear obstáculos burocráticos y éticos, que frenan el desarrollo de los conocimientos sobre la vida, e incluso el desarrollo científico y clínico; pero con respecto a ello, Savulescu manifiesta que la ética es liberación para conocer lo que se debería hacer y lo que no, en estos campos científicos. Sigue comentando que nosotros intentamos mostrar que la ética debería ser constructiva en lugar de obstructiva.
Terminan los autores manifestando que es éste el último número del Journal of Medical Ethics en el que actúan como editores, que están satisfechos de como la revista ha progresado en lo últimos años, en los que han promovido dinámicos debates a través de la publicación de artículos y comentarios. Siguen afirmando que han intentado hacer que la revista sea un lugar atractivo para publicar análisis éticos en profundidad.
Justo Aznar
Sin embargo, también manifiestan que ha habido dificultades y que hay diversos aspectos en los que se ha progresado menos de lo que ellos hubieran deseado, refiriéndose concretamente a tres: el primero que debían haber hecho más para encontrar puentes de unión entre la investigación empírica con los argumentos normativos; el segundo, que la revista ha permanecido siendo menos representativa internacionalmente de lo que ellos hubieran deseado, pues a su parecer han tenido poco éxito en atraer contribuciones de países de medio y bajo nivel de vida, y el tercero, frecuentemente hemos luchado con la tensión de no ser censores de temas muy controvertidos, como pueden ser el aborto, la eutanasia, la discapacidad, el trasplante de órganos en China, el síndrome de fatiga crónica, la circuncisión, para fundamentalmente proteger a los autores de la publicidad engañosa, que a ellos puede acompañar.
Terminan los autores manifestando que este es un momento para aportar nuevas y frescas ideas al equipo editorial y que están complacidos de traspasar la revista a ese nuevo equipo.
Justo Aznar
Observatorio de Bioética
Instituto de Ciencias de la Vida
Universidad Católica de Valencia