El cardenal relator general comenta a los medios vaticanos la experiencia sinodal tras la conferencia de clausura de la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria sobre la sinodalidad. Señala cómo los frutos de la asamblea pueden repercutir en la vida cotidiana de los católicos: con el tiempo verán una Iglesia en la que cuentan, en la que sus talentos son importantes porque pertenecen al pueblo bautizado.
Ciudad del Vaticano, 28 de octubre 2024.- «Los católicos con el tiempo verán una Iglesia en la que cuentan, en la que son importantes, en la que sus talentos, sus dones, su experiencia de vida, son importantes porque pertenecen al pueblo de los bautizados». Así se dirigió el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator del Sínodo, a los medios de comunicación vaticanos tras la rueda de prensa de clausura del Sínodo sobre la sinodalidad.
Eminencia, ¿qué novedad hay en este Sínodo?
La novedad es que el Sínodo es un proceso. El Sínodo comenzó en 2021 y, de hecho, los encuentros de 2023 y 2024 fueron sólo la fase de celebración de este proceso. Ahora, ofrecemos este discernimiento al Santo Padre, que debe continuarlo, y el Santo Padre, a su vez, lo ha reenviado a toda la Iglesia, a las comunidades locales. Así pues, el proceso continúa aunque haya terminado esta XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos.
¿Qué impacto tiene el Sínodo en la vida cotidiana de los católicos?
Probablemente no verán un cambio inmediato, porque los cambios necesitan tiempo y el Espíritu Santo necesita tiempo porque tiene que convertir nuestros corazones. Esto normalmente lleva tiempo porque nos resistimos. Pero con el tiempo verán una Iglesia en la que cuentan, en la que son importantes, en la que sus talentos, sus dones, su experiencia de vida, son importantes porque pertenecen al pueblo bautizado. Pertenecen al Pueblo santo de Dios y, con el Catecismo y la Confirmación, han recibido una misión. Y esta misión la llevamos a cabo juntos como Iglesia, comunidad local, pequeña comunidad, parroquia, diócesis y más allá.
¿Desea añadir algo más, Eminencia?
Para mí ha sido una alegría y un honor haber podido participar en este Sínodo, y desearía que todos pudieran tener la experiencia positiva que yo he tenido de la sinodalidad.
DEBORAH CATELLANO LUBOV