La integrante del Sínodo por nombramiento pontificio comparte su experiencia de misión en las redes sociales y nuevas plataformas, comenta los temas relacionados con la evangelización en los «areópagos» del continente virtual que se están analizando en la Asamblea sinodal y los desafíos de la Iglesia en la materia.
Ciudad del Vaticano, 4 de octubre 2024.- ¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión? Esta es la pregunta central que anima la reflexión de la hermana Xiskya Valladares, religiosa de Pureza de María y representante del Sínodo digital en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Al margen de la conferencia de prensa del viernes 4 de octubre en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en declaraciones a los medios vaticanos, la religiosa nicaragüense radicada en España plantea que nuestro mundo ha cambiado, la misión es distinta y de ello se dan cuenta: los templos en Europa se vacían, en Asia surge una religiosidad no siempre cristiana y «América Latina está clamando». El cambio llega también a nivel tecnológico y la Iglesia católica no puede quedarse atrás, según la consagrada.
Valladares asegura que el 65% de la población mundial vive interconectado y considera que tenemos que anunciar el Evangelio de Jesucristo en las calles digitales: «Allí también podemos encontrar periferias humanas, existenciales y físicas, incluso los más pobres tienen hoy un teléfono, un modo de conectarse a la red; siguen los discursos del Papa Francisco a través de YouTube. Todos, todos, todos».
Todos, todos, todos, para contrarrestar la polarización
Algunos no comprenden ese «todos, todos, todos» que propone el Papa Francisco, sostiene la religiosa, «y creen que debemos tener un perfil concreto, cuando justamente, la catolicidad significa universalidad, un lugar, una familia en la que cabemos todos».
Desafortunadamente, Valladares argumenta que la polarización ha llegado incluso a la Iglesia, y en este sentido el Santo Padre nos invita a tejer comunión, crear lazos de encuentro. «Solo puede vencerse cuando descubrimos en el otro un rostro humano, no un perfil en una red social, sino alguien con quien podemos dialogar, aun cuando pensamos diferente».
«Si estamos pidiendo desde la Iglesia la sinodalidad como escucha, participación y comunión, en las redes sociales necesitamos vivirlo, y ese es quizá el primer desafío que presenta en este momento la misión digital».
El Sínodo digital: una semilla que se está plantando
En su intervención, Valladares planteó que desde el grupo «La Iglesia te escucha», acompañado por el Dicasterio para la Comunicación, promovieron encuentros con misioneros de 67 países y también realizaron varios eventos presenciales. «En la Iglesia está surgiendo el carisma del misionero digital», aseveró, remarcando que hay muchos individuos que sienten una vocación fuerte a acompañar a quienes no están en la Iglesia, a quienes fueron bautizados y se alejaron de la práctica de la fe, pero siguen experimentando un gran amor a Dios.
Valladares considera que se debe «samaritanear» los ambientes digitales y recuerda el pedido explícito que le dirigió el Papa Francisco en la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo en octubre de 2023: ser la ternura y la misericordia de Dios para todas las personas.
Según la hermana Xiskya, aún hay muchos pasos para dar. No obstante, en Latinoamérica se están creando oficinas para la misión digital en determinadas Conferencias Episcopales. El año pasado, el tema era una novedad, pero en esta ocasión, está creciendo la conciencia sobre la importancia del acompañamiento a los influencers y creadores de contenido, que llegan a un público amplio desde una inmensidad de plataformas. «Estamos perdiendo a muchos jóvenes que ya no están yendo a las parroquias», lamenta Valladares.
SEBASTIÁN SANSÓN FERRARI