Nueva Campaña de Manos Unidas.
(zenit).- “El ambiente es el lugar donde la persona desarrolla su vida. Si el ambiente se altera, se altera su vida, y al alterarse, altera a otros”, así explica la misionera paraguaya Hebe González de Bóbeda la importancia del medio ambiente, tema de la nueva Campaña de Manos Unidas.
En España se ha presentado la Campaña “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”, centrada en denunciar las consecuencias que el deterioro medioambiental y la crisis climática tienen sobre millones de personas.
Con el apoyo de Manos Unidas, Hebe González, ingeniera agrónoma, lidera el proyecto de capacitación en agricultura orgánica y fortalecimiento organizativo de mujeres rurales en el departamento de Misiones, al sur de Paraguay, que actualmente contribuye a que 150 mujeres consigan herramientas, especialmente de riego, para mejorar sus trabajos agrícolas.
En América Latina en general, y en Paraguay, en particular, está cada vez más expandido el cultivo extensivo de la soja, entre otros. “Es un cultivo encarado por empresarios agrícolas con fines de exportación a Europa y a Estados Unidos, para alimento del ganado. Estos cultivos se expanden a expensas de comunidades rurales, que se ven obligadas a migrar de ese lugar, por el tema de la fumigación permanente”, explica Hebe.
También, este avance lleva a la deforestación y cambio del uso del suelo, que está vinculado directamente con la generación de CO2 y el efecto directo sobre el clima, gases de efecto invernadero. “Es así muy sentido en nuestro país”, lamenta la ingeniera paraguaya. “Esto también afecta al ciclo de lluvias, afecta a todo”.
Paraguay, récord en deforestación
Paraguay tiene un “record muy triste”, es a nivel mundial uno de los países con la tasa más alta de deforestación. Se vio acentuado de un tiempo a esta parte porque una zona que era casi “no tocada”, casi intangible, que es la mitad del país, el Chaco paraguayo, –con otras característica que compartimos con Bolivia y con toda una eco región totalmente diferente—“hoy día, está siendo totalmente deforestada y está siendo trabajada con fines agrícolas”, describe la misionera.
“Eso acentúa muchísimo más los efectos del cambio climático. Esa región está siendo ocupada, por ejemplo, por inversionistas extranjeros, uruguayos, de repente, brasileños, alemanes que compran terrenos aquí porque son relativamente baratos para los extranjeros. Están deforestando un lugar que nunca se tocó. Y en ese lugar, hay una gran cantidad de poblaciones indígenas, que son los que en este momento están sufriendo el atropello de sus tierras ancestrales”.
Tan solo semanas después de los incendios de Paraguay, y cuatro meses después de la celebración del Sínodo Especial sobre la Región Pan-amazónica en Roma, la misionera valora positivamente esta reflexión en la Iglesia, y agradece la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco: “Este papa, hace explícitas las cosas, y eso apoya mucho el trabajo que nosotros estamos haciendo, porque logra así que llegue a muchos lugares donde normalmente no llegan estas reflexiones”.
Además, la misionera laica es coordinadora local del proyecto “Turismo Sostenible en la Reserva de Recursos manejados Ybytyruzu y su área de influencia directa”.
Víctimas del cambio climático
Los pequeños productores y las poblaciones indígenas “son los que están sufriendo los efectos del cambio climático”. Ellos “no son los mayores generadores de gases de efecto invernadero pero sí son los que reciben el perjuicio de todo lo que sucede”. Por lo tanto, la esencia de esta nueva campaña es justamente “el enfoque de esa solidaridad y de ese conocimiento de lo que están pasando personas en otros países del mundo”, detalla González de Bóbeda.
La misionera explica que quieren “llamar la atención sobre eso y que haya una reflexión no solamente a nivel de instituciones, a nivel de nuestras regiones, sino que lo ponemos también a consideración de la gente que está en Europa y que son las colaboradores, pero también son las que están demandando los productos de América Latina que genera estos efectos secundarios”.
Presentar la campaña es “dar a conocer las cosas que se están haciendo y dar a conocer como Manos Unidas lo está apoyando, para que la gente que está haciendo sus colaboraciones, por un lado, esté tranquila de cómo se está usando, y por otro, animen a otras personas”, indica la paraguaya.
La gran pregunta, en este contexto, suele ser: ¿Qué pueden hacer los ciudadanos para contribuir con esta motivación?, a lo que la misionera responde: “Antes que nada, el motivo de la campaña es hacer una reflexión sobre los efectos del cambio climático que estamos sufriendo”. Continúa: “En apariencia, un ciudadano español, no está en su totalidad, dimensionando lo que ocurre”, así que “básicamente, que colabore con la campaña si está dentro de sus posibilidades”, matiza. El mensaje es que “nos ayudemos todos a salvar el planeta y a que haya más equidad”.
“Analizar el modelo de desarrollo”
“Nosotros apuntamos a algo más profundo y más estructural que es analizar el modelo de desarrollo”, en primera instancia. Un modelo “que sea más equitativo y justo para todos”. Es decir, “no solamente desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista ambiental y de las condiciones de vida. Que podamos todos acceder a condiciones de vida que nos merecemos, a un planeta que nos merecemos”.
Por otro lado también, “nosotros vemos con buenos ojos cierto sector en el que empresas europeas ya estén tomando en cuenta y tengan criterios, por ejemplo, de saber como se producen, en qué condiciones se producen los artículos que están comprados”, advierte Hebe.
“Un compañero africano me contaba que por cada kilo de cotán, mueren dos niños. Entonces, es para repensar… Veamos. O por cada kilo de soja, son desterrados equis número de campesinos. Entonces, repensemos de donde proceden y bajo que condiciones fueron producidos, y a expensas de qué fueron producidos los productos que consumimos”.
Sequía y variaciones en la lluvia
La institución que Hebe dirige en Paraguay se llama “Alter Vida”, fundada hace 35 años y trabajan con poblaciones menos favorecidas y empobrecidas tanto en zonas urbanas como en zonas rurales, y específicamente Manos Unidas les está apoyando en zonas rurales porque el trabajo va dirigido a organizaciones de mujeres.
“Nuestro país es muy exuberante en naturaleza, en aguas superficiales, realmente es un país muy bendecido en ese sentido, pero desde hace unos años venimos notando que hay una variación muy grande en cuanto a los periodos de sequía, regímenes de lluvia, y sabemos que se relacionan con un fenómeno mundial que es el cambio climático”, explica la paraguaya. “Quienes más están soportando, digamos, esta situación son las mujeres rurales”, lamenta.
La sequía y variaciones en las lluvias es una situación que perjudica a los pobladores rurales en general, pero “las mujeres tienen un perjuicio adicional por las condiciones de vida”, asegura González.
“Por ejemplo, las mujeres se ocupan más de rubros que tienen que ver con su tarea productiva, que es las pequeñas huertas, la alimentación familiar, porque en el campo eso es un rol muy marcado en la mujer, que es la responsable del agua, de la seguridad alimentaria, de los niños… Esa es una situación que compartimos en América Latina, y creo que en África también”.
Mujeres agrícolas
“Ellas son las responsables de traer agua, tienen que traer agua, muchas veces desde sitios lejanos, y eso afecta también a los cultivos de consumo diario porque son las responsables de la alimentación diaria. Por eso decía a ellas les afecta más, con más fuerza”.
En todas cosas, Manos Unidas les apoya, narra Hebe, “para que ellas tengan una mayor facilidad con sus cultivos, para que puedan afrontar los periodos de sequía y de mucho sol, pequeñas herramientas de riego, de cultivo…”.
Las mujeres paraguayas que se benefician de este proyecto se ponen “refelices” cuando son visitadas por alguna delegación de mujeres españolas, de Manos Unidas, porque “ellas quieren que se vea como son bien utilizados los fondos que les están llegando”, describe Hebe.
“Ellas también comercializan sus productos hortícolas”, indica la misionera. “Producen para el autoconsumo pero parte de la seguridad alimentaria son los pequeños ingresos semanales o quincenales que ellas puedan recibir de la comercialización de sus hortalizas, porque esos ingresos, si bien no son cantidades grandes, son cantidades permanentes que a ellas les permite afrontar los gastos diarios, por ejemplo, de los niños en la escuela, o el sostenimiento semanal”.
Turismo sostenible
“Alter Vida” también desarrolla en el país una iniciativa que impulsa el turismo sostenible, “una forma de preservar la naturaleza y preservar los bosques”, aclara la misionera e ingeniera paraguaya. “Al ser turismo de naturaleza, es un mecanismo para que la gente conserve los bosques, y de esta manera, como son sumideros de carbono, también contribuye a la mitigación del cambio climático”. Y señala: “Nos dimos cuenta de que hay una buena redistribución económica dentro del turismo local”.
En la cordillera de Ybytyruzu –en guaraní significa justamente “un montón de tierra”, “cerro”–. Entonces, lo que ellos hacen es “senderos” que se conocen como “guiones interpretativos”. En esos senderos van nuestras compañeras, especialistas en ambiente y ecología, y describen los árboles, la vegetación, el tipo de roca, el origen… Entonces los turistas conocen eso, hacen lo que se conoce como un “sendero interpretativo” que ellos van por el senderito y van conociendo la naturaleza.
Incendios en Paraguay
El país sudamericano también sufrió a principios del verano los incendios forestales. Fue una «cuestión planetaria”. Muchos países los sufrieron: Australia, Brasil… Recientemente, en el Chaco paraguayo han habido incendios, y en otras regiones del país. “Esto nos llama a la reflexión a todo el mundo, porque en nuestro caso, en nuestro país, muchos de los incendios son provocados”.
Por un lado, señala Hebe, los granaderos queman el terreno para que nazcan de nuevos las posturas, como una práctica normal de año a año, “solo que este año se salió de todos los bordes”. Otros incendios son producto de la sequedad por el clima. “Por ejemplo, en un lugar muy seco, si hay botellas rotas, las botellas tienen un efecto de lupa. Si el sol es muy intenso y hay botellas rotas, es probable que surja espontáneamente un fuego”.
Y en tercer lugar, opina González, “la ciudadanía está poco sensibilizada con eso y se cumple muy poco la normativa. Existe una normativa con respecto a las quemas, nuestra gente en el sector rural está acostumbrada a juntar la basura y quemarla. Este año se desbordó por todos lados; por la sequedad ambiental, por la expansión del fuego de la pastura, de la gente… Todas estas cosas”.
También influye que ha cambiado el régimen de lluvias, aclara la experta paraguaya. “Antes sabíamos cuando llovía, ahora no. Hay una variación muy grande, que impide hacer pronósticos, tanto para los agrícolas como para el sector de cultivos, limita mucho eso”.
Apoyo explícito de la Iglesia
“Yo veo que todas las reflexiones del Papa llegan a todos los extractos”, observa la laica de Paraguay. “Y por supuesto, siempre esas reflexiones son muy bienvenidas, más todavía si uno tiene un problema parecido o es una región muy cercana. Esto siempre permea todos los extractos y más todavía, si es una reflexión que viene del Papa”.
“Nosotros y muchos sectores adoptaron así la in excelso la Laudato Si’, sobre todo nosotros que somos del sector socio-ambientalista, toda la comunidad ambientalista se vio apoyada por este instrumento, porque es la primera vez que nosotros sentimos así un apoyo muy explícito de la Iglesia”.
Así, la ingeniera agrónoma aclara: “La Iglesia por lo general se mantiene un poquito más al margen de este tipo de cosas, sin embargo, este Papa, hace explícitas las cosas, y eso apoya mucho el trabajo que nosotros estamos haciendo, porque logra así que llegue a muchos lugares donde normalmente no llegan estas reflexiones”.
El tema que aborda el Papa en su encíclica va más allá de una visión ecologista, se trata de “la vida de las personas”, recalca Hebe. “El ambiente es el lugar donde la persona desarrolla su vida. Si el ambiente se altera, se altera su vida, y al alterarse, altera a otros”. Y añade: “Si se engrosó el cinturón de pobreza, tiene que ver con la expulsión de esa gente de sus lugares, de su vida. Entonces todo está vinculado. No se puede hacer un análisis disgregado de esa realidad”.
ROSA DIE ALCOLEA
Imagen de portada:
Hebe González, misionera laica de Paraguay
(Foto: © Manos Unidas)