(ZENIT – Roma).- La XIV Reunión de la Comisión bilateral de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las relaciones religiosas con el judaísmo, concluyó este miércoles, 30 de noviembre, en Roma.
El tema ha sido “Promover la paz en el contexto de la violencia en nombre de la religión”. Al finalizar el encuentro se firmó una declaración conjunta de los presidentes de las dos delegaciones, el rabino Rasson Arussi y el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, junto a otros miembros de la Comisión.
Durante los trabajos — se lee en el texto– se han reconocido los trágicos pecados del pasado perpetrados en nombre de la religión y el terrible abuso blasfemo de la religión, que desacraliza la vida humana, negando la libertad y la diversidad humana, y poniendo desafíos críticos a nuestras respectivas tradiciones.
La presentación católica ha estudiado la cuestión si y en qué medida las religiones pueden desarrollar un rol en la solución de los conflictos y en la construcción de un nuevo orden internacional fundado en la paz, en la justicia y en el cuidado de la Creación.
“Nuestras religiones, afirmando la santidad divina de la vida humana, exigen el respeto de la vida de la identidad de cada persona. Esto debe ser garantizado a refugiados y migrantes, también acogiéndoles de forma que sean promovidos los derechos y la libertad de todos”, afirma la delegación vaticana.
Por su parte, la presentación judía ha revisado los distintos factores que conducen a la agresión, a la violencia y a la guerra, tratando de definir los criterios de valores que en particular en las tradiciones abrahámicas consienten oponerse a estos, en particular el valor de la santidad de la persona humana, el principio de la libre voluntad, y la estima de las diversidades como reflejo de la Divina Presencia y voluntad.
Bajo este aspecto dignas de mención han sido las palabras del cardenal Augustin Bea en su comentario a Nostra aetate, donde afirmaba que el concepto de Paternidad Divina implica que todos los seres humanos son iguales en dignidad. Además, las autoridades religiosas deben ejercitar humildad teológica en el proponer y en el interpretar las propias respectivas tradiciones, de tal forma que se eviten propósitos de violencia contra otros.
los miembros de la Comisión han tomado en consideración y escuchado con satisfacción las iniciativas explícitamente dirigidas al rechazo de los abusos violentos de la religión, en particular el reciente encuentro en Marrakesch, que ha publicado una histórica declaración de protección de la dignidad humana y de la diversidad en las tierras musulmanas.
En la declaración se lee: “Después de más de medio siglo de reconciliación judeo-católica y de diálogo fructífero, judíos y cristianos están llamados a trabajar juntos para contribuir y crear paz para toda la familia humana”. Por lo tanto, los participantes han “subrayado la importancia de educar a las nuevas generaciones y a promover paz y respeto recíproco”.
En la discusión de argumentos de actualidad, ha sido afirmado el principio del respeto universal por los lugares santos de cada religión, poniendo atención en los intentos de negar la unión histórica del pueblo hebreo al propio lugar más santo. En referencia a la reciente resolución de la UNESCO, la Comisión bilateral ha tomado posición con fuerza contra la negociación política y polémica de la historia bíblica, exhortando a todas las naciones a respetar tal unión histórica y religiosa.