12 de enero 2021.- Monseñor Glettler, Obispo de la diócesis austriaca de Innsbruck, lanza un llamamiento: Austria y Europa deben tomar medidas inmediatas, «sin peros ni condiciones», para hacer frente a la nueva emergencia que afecta a los refugiados de la isla griega de Lesbos. El campamento montado para ellos con tiendas de campaña ha sido golpeado por una ola de frío e incluso la comida no es suficiente. Es correcto intervenir, afirma el Obispo.
Austria debería dar ejemplo acogiendo inmediatamente «sin peros» a 100 familias de refugiados en Lesbos que ya han tenido un resultado positivo en su solicitud de asilo, porque «el tiempo de espera del paciente está llegando a su fin». Es un firme llamamiento a las autoridades austriacas y europeas por parte de Monseñor Hermann Glettler, Obispo de Innsbruck, quien ayer – informa la agencia de los Obispos austriacos Kathpress – dio la alarma sobre la nueva emergencia humanitaria en la isla griega golpeada por una ola de frío. Durante una semana el abarrotado campamento de Kara Tepe ha sido azotado por lluvias persistentes y según los pronósticos, las temperaturas nocturnas caerán a 5 grados durante al menos dos semanas. Una situación que, como la de los vecinos Balcanes, se ha vuelto insoportable para los refugiados y que, según Monseñor Glettler, debería sacudir a las familias austriacas pero sobre todo al gobierno federal y a Europa.
Las condiciones de vida indignas en el campamento de Lesbos
Según el Obispo de Innsbruck, «hablar de ‘ayuda in situ‘ como alternativa a la evacuación del campamento es cínico», dadas las temperaturas: «¿Dónde está la ayuda in situ si hay agua en los caminos entre las tiendas de emergencia invadidas por la humedad y el frío y hay que temer las peores enfermedades? ¿Dónde está la ayuda en el lugar si más de 7.000 personas todavía tienen que darse una ducha fría con un cubo de agua porque las 37 duchas con agua caliente no son suficientes y cuando una miserable comida al día no puede saciar el hambre de la gente?», pregunta el Prelado, recordando que «la decencia humanitaria es una obligación de ayudar rápida y eficazmente en una emergencia aguda». Por lo tanto, no se trata de «un debate sobre el asilo, sino de la necesidad de dar una acogida humanitaria inmediata a las personas necesitadas».
Europa tiene el deber de acoger
El Obispo Glettler pone en duda las responsabilidades de todos los países de la UE, señalando que la situación en Lesbos y en las demás islas griegas que acogen a los inmigrantes es ahora «sinónimo del fracaso de la política europea de refugiados». Esto «ya no es excusable – reiteró – se trata del destino de miles de personas» que no pueden ser «un juguete de la política europea de disuasión». Después del resultado positivo de los procedimientos de asilo, estas personas deben ser distribuidas equitativamente en Europa». En este sentido, según Monseñor Glettler, acoger a 100 familias en Austria (de las al menos 250 que ya tienen el decreto de admisión al asilo) sería «una clara señal de que toda Europa debe actuar».
Lisa Zengarini (Ciudad del Vaticano)