El encuentro ha contado, entre otros, con la participación de Carlos Pitillas, profesor e investigador; Margarita Cañadas, terapeuta Ocupacional y antropóloga; Ascensión Martín, fisioterapeuta pediátrica y psicomotricista, y Ruth Candela, doctora en Medicina, Psiquiatría y Psicología, que han compartido su conocimiento sobre los principales retos y las mejores prácticas en el campo del desarrollo infantil para mejorar la calidad de la atención a los niños en sus primeras etapas.
Madrid, 25 de noviembre 2024.- Fundación Juan XXIII, entidad con más de 55 años de trayectoria en la inclusión social y laboral de personas en situación de vulnerabilidad psicosocial, especialmente aquellas con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental, realizó hace unos días un exclusivo encuentro bajo el título «Atención Temprana en familia y en el entorno».
En esta jornada, celebrada el pasado 22 de noviembre en Madrid, FUNDACIÓN JUAN XXIII reunió a grandes expertos en el área, así como a profesionales y familias, con el objetivo de compartir buenas prácticas y reflexionar sobre los retos actuales de la Atención Temprana.
Cabe destacar que la Atención Temprana se define como el conjunto de intervenciones dirigidas a niños y niñas pequeños que presentan dificultades en su desarrollo físico, cognitivo o emocional, con el fin de identificar y abordar lo antes posible estas necesidades para prevenir posibles dificultades en su desarrollo futuro.
Así pues, para exponer los beneficios de la AT en familia y en el entorno, se contó con algunos de los expertos más punteros en el sector, como Carlos Pitillas, profesor e investigador en el Departamento de Psicología y el Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas y cofundador y coordinador del Proyecto “Primera Alianza”; Margarita Cañadas, terapeuta Ocupacional, antropóloga y directora del centro de AT de la Universidad Católica de Valencia, además de miembro de la Junta Directiva de la Asociación Europea de la Atención a la Primera Infancia; Ascensión Martín, fisioterapeuta pediátrica y psicomotricista del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Precoz del Ayto. de Mollet (Barcelona), profesora de universidad y miembro fundador de la Sociedad Española de Fisioterapia Pediátrica (SEFIP) y parte del equipo directivo de efisiopediatric, y Ruth Candela, doctora en Medicina, psicóloga y psiquiatra en el Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid), además de investigadora y profesora y Fundadora de AlfaSAAC.
Durante la mañana, los ponentes abordaron distintos temas como la importancia de los vínculos para cuidar del niño, las posibilidades del entorno en Atención Temprana, el rol del profesional en este ámbito y el uso de la comunicación aumentativa y alternativa como herramienta para el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
Lorea Fernández-Baldor Sáinz de la Maza, directora de Atención Temprana de FUNDACIÓN JUAN XXIII, fue la encargada de abrir el evento con un significativo discurso sobre la importancia de la AT, tanto para los niños como para sus familias. “Queremos resaltar cómo el entorno, donde el niño pasa su mayor parte del día, puede ser un aliado poderoso en el proceso de aprendizaje y crecimiento. A través de actividades interactivas y momentos de conexión familiar, descubrimos juntos cómo fomentar un ambiente enriquecedor que potencie las habilidades y el bienestar de nuestros pequeños”.
Por su parte, Carlos Pitillas ahondó en la relevancia de los vínculos tempranos y la relación de seguridad. “Cuando nuestro cerebro siente que hay seguridad, es capaz de integrar información nueva, procesarla y aprender. Muchos niños cuando no se concentran lo que está pasando es que tienen un cerebro que está en alerta, están asustados, inseguros…” Además, también resaltó que “educadores, padres y profesionales tenemos un reto: ser traductores. Uno de los primeros retos cuando hablamos de dar seguridad es éste, ya que toda conducta es un acto de comunicación. El niño que se tira al suelo, el que se queda callado, el que da un portazo… está comunicando algo que muchas veces ni sabe qué le pasa, ni sabe cómo comunicarlo. Esto nos pone a los adultos en el reto de traducir esta conducta y reflejarle al niño que es lo que le está pasando por dentro”.
Margarita Cañadas, habló de las prácticas recomendadas y las posibilidades del entorno en Atención Temprana y, en base a ello, afirmó que “el objetivo fundamental es mejorar la calidad del niño y su familia. No sabemos cuál va a ser el futuro en el desarrollo de un niño, lo único que sabemos es que podemos mejorar su calidad de vida y la de su familia y hay un factor biológico que va a marcar ese desarrollo y que podemos acompañar con estrategias en el día a día”.
Por otro lado, Ascensión Martín, centró su ponencia en el rol del profesional de Atención Temprana y destacó que “en Atención Temprana ha habido muchos cambios en los últimos años. Antes cogíamos al niño, nos quedábamos con él en la sala, y los padres se quedaban fuera. De eso al momento actual, donde trabajamos con la familia y damos mucha importancia a que la familia aprenda, todo ha cambiado mucho”. Y añadió: “Para que las intervenciones sean eficaces, tenemos que centrarlas en las necesidades de la familia y el niño. No debemos parcializar por disciplinas, ya que todos podemos trabajar en Atención Temprana globalmente con el niño, porque es más significativo tanto para ellos como para las familias. Por ello, debemos estimular al niño a ser activo, adaptar el entorno y saber cómo transmitir el conocimiento imprescindible a las personas significativas para él”.
Por último, Ruth Candela, puso en valor la comunicación aumentativa y alternativa como herramienta para el desarrollo del lenguaje y la comunicación. “El lenguaje que tenemos interiorizado es lo que nos permite desarrollarnos como personas, desarrollar nuestra identidad narrativa, ya que somos lo que somos gracias a las historias que nos contamos y eso es gracias a este lenguaje”. Además, destacó las dificultades sociales a las que se enfrentan las personas que no pueden hablar de forma comprensible y cómo los usos de las nuevas tecnologías son capaces de dar voz a las personas que no la tienen, convirtiéndose en una herramienta muy útil que, sin duda, ofrece muchas oportunidades.
Tras estas ponencias se llevó a cabo una interesante mesa redonda que contó con la participación de María José Diaz, jefa de Atención Temprana de la Comunidad de Madrid; Sagrario Cuenca, técnico de la Dir. Gral. De Atención a Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid; Sara González, psiquiatra del Hospital Niño Jesús; Raquel Company, madre de una niña de 4 años, y Nuria Rodilla, madre de una niña de 6.
En ella se concluyó, por un lado, la importancia de que los padres puedan estar presentes en las sesiones de Atención Temprana, que les permite enriquecerse de conocimientos y técnicas que ponen en marcha en sus casas de manera cotidiana. Por otro, se señaló también la necesidad de detectar las necesidades de Atención Temprana cuanto antes, ya que un diagnóstico precoz permite conseguir beneficios más eficaces. Además, las familias presentes pidieron también a las administraciones mayor agilidad en los trámites burocráticos, permitiendo así iniciar cuanto antes las intervenciones de Atención Temprana.
Por último, la directora de Atención Temprana de FUNDACIÓN JUAN XXIII puso el broche final a la jornada. “Hoy hemos descubierto, de la mano de nuestros ponentes, dónde empieza el cuidado. Queremos construir vínculos seguros y aprender a repararlos si hemos fallado. Sin duda, queremos construir estas cadenas de seguridad entre familias, profesionales e instituciones. Sin duda, este exclusivo encuentro ha brindado la oportunidad a todos sus asistentes, tanto de forma presencial como online, de aprender sobre los conocimientos y experiencia de estos profesionales”.
Finalmente, cabe destacar que FUNDACIÓN JUAN XXIII cuenta con dos centros de Atención Temprana, ubicados en Vicálvaro y en El Viso, donde se prestan servicios orientados a potenciar y desarrollar al máximo las capacidades físicas, intelectuales y afectivas de niños y niñas, tanto en las primeras etapas de sus vidas, como en el resto de su infancia, previniendo posibles déficits que puedan surgir durante su desarrollo. Además, se contempla a sus familias y entono como sujetos activos de este proceso y servicio.
FUENTE: FUNDACIÓN JUAN XXIII