La ONG española ‘Proactiva Open Arms’ trabaja en la isla de Lesbos para ayudar y socorrer a los refugiados que llegan por el mar. Le han pedido al Papa que acuda a Bruselas para llamar la atención sobre este drama
El papa Francisco ha recibido un chaleco salvavidas de una niña siria de seis años que huía de la guerra y murió en el mar, en el viaje hacia la isla griega de Lesbos. Se lo ha entregado el socorrista Óscar Camps de la ONG española ‘Proactiva Open Arms‘.
Un grupo de cooperantes de esta organización ha acudido a la audiencia general del Santo Padre en la plaza de San Pedro y al finalizar le han podido entregar el chaleco junto con una carta en la que narran sus experiencias. El Pontífice –ha indicado Óscar Camps a la prensa– les escuchó, alabó el trabajo que realizan, les animó a seguir y quedó muy compungido cuando le explicó la historia del salvavidas. “Nos dijo que estamos haciendo un gran trabajo, nos felicitó, que estábamos en sus oraciones. Nos dijo que había tenido contacto con altos dirigentes del Gobierno griego y que estaban muy presionados, pero que sus intenciones eran muy buenas y favorables”, recordó. En la misiva que le han entregado, además, solicitan al papa Francisco que vaya a las instituciones de Bruselas, para subrayar la importancia de ayudar a quienes huyen de los conflictos.
Por otro lado, explicando la labor que están realizando, reconoce que lo que más les indigna es “la desproporción de medios que muestra Europa para según qué acciones” y “la falta de recursos para la ayuda humanitaria”. De este modo, asegura que “no vemos que sea equitativo el demasiado interés de poner recursos para deportar o para esconder debajo de la alfombra una realidad que no saben gestionar” pero luego “no hay recursos para garantizar la seguridad” o “para rescartarlos en el mar cuando tienen problemas”.
Esta ONG de socorristas de Badalona, al nordeste de España, trabaja sin ayudas públicas, solo cuentan con las donaciones de la población civil. Desde el pasado mes de septiembre se han instalado en la isla griega de Lesbos para salvar vidas en el mar y ayudar a los refugiados.
Camps también precisa que “Europa debería volver a recordar que tenemos una obligación con los derechos humanos”. Y agradece la visita que el Santo Padre realizó a Lesbos el pasado mes de abril, porque puso allí las cámaras de todo el mundo y “dio una lección de lo que tenemos que hacer”. Al respecto manifestó su deseo de que “alguien tome nota” y podamos “hacer corredores humanitarios” e “intentar cumplir con los acuerdos establecidos en materia de refugiados”.
Además, señala que las visitas de los jefes de Estado han sido bastante “turísticas, por decirlo de alguna manera”. Son visitas sociales en las que “incluso han llegado a parar las llegadas de refugiados durante el día de esa visita”. Y con cierta ironía explica que “hemos llegado a colgar letreros para darle las gracias a los políticos por darnos un día de fiesta, porque así es como ha pasado”.
Finalmente, afirma que seguirán en el norte de Lesbos y “no nos moveremos de allí”. Por consejo incluso de la guardia costera griega que les ha dicho que no se vayan porque “no se fían de esta ‘tranquilidad’ porque en cualquier momento se puede abrir una grieta” en el acuerdo Europa – Turquía y empiecen a llegar de nuevo refugiados. “Hay más de dos millones de sirios en Turquía esperando una oportunidad para venir a Europa”, asevera el cooperador español.
Rocío Lancho García (Zenit-Ciudad del Vaticano)