El Papa ha afirmado en Palermo, cuna de la organización criminal Cosa Nostra, que los mafiosos no pueden ser cristianos al tiempo que ha elogiado la figura del sacerdote Pino Puglisi, estandarte de la lucha contra la mafia en Italia
«No se puede creer en Dios y ser mafioso; quien es mafioso no vive como cristiano, porque blasfemia con la vida el nombre de Dios», ha dicho Francisco en una Misa celebraba al aire libre en el 25 aniversario del asesinato del sacerdote Pino Puglisi por parte de la mafia siciliana por su labor de rescate jóvenes de las garras de la asociación criminal.
Ante miles de fieles reunidos en el gran espacio verde del Foro Itálico, el Pontífice se dirigido directamente a los mafiosos: «Cambiad, dejad de pensar solo en vosotros y en vuestro dinero, convertíos al verdadero Dios de Jesucristo. De otro modo vuestra propia vida estará perdida y será la peor de las derrotas».
El Obispo de Roma ha centrado parte de su homilía en el beato Puglisi, de quien ha recordado que fue asesinado el día que cumplía 56 años y le dedicó «una sonrisa» a su ejecutor. «Aquella sonrisa no deja dormir de noche a su asesino, que dice: había una especie de luz en aquella sonrisa”». «El padre Pino sabía que se arriesgaba, pero sabía sobre todo que el verdadero peligro en la vida es no arriesgar y vivir cómodamente», añadió.
Un momento de la homilía
El sicario de Cosa Nostra, quien después se arrepintió y colaboró con la justicia, declaró en el proceso de beatificación de Puglisi en mayo de 2013. Este sábado, el Papa ha presentado al beato como modelo de fe. «Hoy necesitamos hombres de amor, no hombres de honor. De servicio, no de opresión», dijo.
«Si la letanía mafiosa es: “Tú no sabes quién soy yo”, la cristiana es: “Yo tengo necesidad de ti”. Y si la amenaza mafiosa es: “Me las pagarás”, la plegaria cristiana es: “Señor, ayúdame a amar”», prosiguió Francisco su homilía. «Dios-Amor rechaza toda violencia y ama a todos los hombres. Por eso la palabra odio debe ser borrada de la vida cristiana».
El Papa aprovechó por último para criticar las instrumentizaciones políticas que incentivan el odio, sin referencias concretas, pero en un momento en el que la vida política italiana –y en buena medida también la europea– está marcada por un discurso fuertemente nacionalista. «El único populismo, el único “populismo cristiano” es escuchar y servir al pueblo, sin gritar, ni acusar ni provocar enfrentamientos», afirmó Francisco.
Agencias