En una entrevista para ‘La Stampa’.
(ZENIT).- En una entrevista concedida a Domenico Agasso, periodista de La Stampa y coordinador de Vatican Insider, el Pontífice ha hablado de diversos temas: el futuro de Europa, el problema de los soberanismos y populismos, la situación de la migración, el sentido y finalidad del Sínodo de la Amazonía y la importancia de la región amazónica.
Europa
Al ser interrogado sobre su deseo de que Europa vuelva a ser “el sueño de los padres fundadores”, el Papa Francisco señaló que “Europa no puede y no debe deshacerse. Es una unidad histórica y cultural, además de geográfica” que, con los años, “se ha visto debilitada” y “hay que salvarla”.
Por otra parte, confesó que le gusta la idea de que Úrsula von der Leyen dirija la Comisión europea, ya que “una mujer puede ser adecuada para volver a poner en marcha la fuerza de los padres fundadores”.
En cuanto a los desafíos futuros a los que se enfrenta Europa, destacó que el más importante es el diálogo “entre las partes, entre los hombres. El mecanismo mental debe ser ‘primero Europa y luego cada uno de nosotros’. El ‘cada uno de nosotros’ no es secundario, es importante, pero cuenta más Europa. En la Unión Europea se debe hablar, discutir, conocer”.
Asimismo, el Papa resaltó que en ocasiones no existe diálogo, solo “monólogos de compromiso” y es necesaria también “la escucha”.
El peso de las identidades
Para establecer el diálogo, el Santo Padre afirmó que es preciso partir “desde la propia identidad”. Ante ello, el periodista le interpeló en torno al peso de dichas identidades en los países, sobre si la exageración en la defensa de las mismas no supone un riesgo de aislamiento y de caer en el extremismo.
Francisco explicó, poniendo como ejemplo el diálogo ecuménico, que cada uno debe partir, efectivamente, de su propia identidad -el “ser católico” en su caso-, pues esta “no es negociable, se integra”. Y agregó que el problema de la exageración es que dicha identidad se cierra.
De este modo, estima como decisivo el “abrirse al diálogo” desde la propia identidad “para recibir de las identidades de los demás algo más grande”, pues “el todo es superior a las partes” y “la globalización, la unidad, no debe ser concebida como una esfera, sino como un poliedro: cada pueblo conserva la propia identidad en la unidad con los demás”.
Soberanismos y populismos
En sus declaraciones, el Papa definió el soberanismo como una actitud de aislamiento y confesó su preocupación por ciertos discursos que hoy se emiten y que recuerdan a los de Hitler.
Al mismo tiempo, añadió que el soberanismo es “cerrazón”: “Un país debe ser soberano, pero no cerrado. Hay que defender la soberanía, pero también hay que proteger y promover las relaciones con los demás países, con la Comunidad Europea” y concluyó que “el soberanismo es una exageración que siempre acaba mal: lleva a las guerras”.
Además, describió que el populismo lleva al soberanismo, al imponer al pueblo dicha actitud populista.
Migración
Con respecto a la situación de los migrantes el Obispo de Roma recordó que nunca se debe descuidar el derecho a la vida y aludió a la necesidad de luchar por que se acaben los problemas de guerra y hambre en Medio Oriente y África. Para detener los flujos migratorios, parte de la solución, puntualizó, pasa por resolver las causas de los mismos.
Ante la llegada de los migrantes, propone seguir los criterios de recibir, acompañar, promover e integrar e incita a los gobiernos a actuar “con prudencia”, a ”razonar” sobre la cantidad de emigrantes que se puedan acoger.
También plantea el diálogo entre los países para resolver los problemas de recepción, ya que hay naciones que “necesitan gente”, para la agricultura o ante emergencias. Y también se refirió a la “creatividad”, aplicada, por ejemplo, a la repoblación de zonas de Europa que están prácticamente vacías y que podrían reactivarse económicamente gracias a estas personas.
Sínodo de la Amazonía
El próximo Sínodo de la Amazonía para Francisco “Es ‘hijo’ de la Laudato si’”, que “no es una Encíclica verde, es una Encíclica social, que se basa en una realidad ‘verde’, la custodia de la Creación”.
Dado que el 29 de julio el hombre ya había consumido todos los recursos renovables para el año en curso, el Santo Padre considera que se trata de un Sínodo “de urgencia” y que, no obstante, “no es una reunión de científicos o de políticos”, sino que “nace de la Iglesia y tendrá misión y dimensión evangelizadoras”. Será un trabajo “guiado por el Espíritu Santo”.
Además, el Pontífice aclaró que la posibilidad de ordenar a viri probati a hombres ancianos y casados no será un tema principal, solo un punto más en el plan de trabajo: “Lo importante serán los ministerios de la evangelización y las diferentes maneras de evangelizar”.
Importancia de la Amazonía
La región amazónica es un lugar “representativo y decisivo” para el Papa, ya que “gran parte del oxígeno que respiramos llega desde allá”, comprende 9 naciones y presenta una rica biodiversidad animal y vegetal. Por todo ello, la deforestación de la zona “significa matar a la humanidad”.
La Amazonía se encuentra amenazada por “los intereses económicos y políticos de los sectores dominantes de la sociedad”, indicó. Frente a ello, los políticos deberían “eliminar los propios contubernios y corrupciones” y “asumir responsabilidades concretas”, como, por ejemplo, en el caso de las minas a cielo abierto que envenenan el agua y causan muchas enfermedades.
La pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevas enfermedades constituyen dos de los grandes temores del Obispo de Roma, ya que evidencian “una dirección y una devastación de la naturaleza que podrían llevar a la muerte de la humanidad”.
Finalmente, Francisco mencionó los numerosos movimientos de jóvenes ecologistas, como el de Greta Thunberg, una muestra de la concienciación de la población con respecto a este tema.
LARISSA I. LÓPEZ
Imagen: El Papa saluda a los peregrinos en la Audiencia General
(Foto: © Vatican Media)