Una importante donación al Vaticano ha hecho posible el envío de numerosos medicamentos de primeros auxilios al país devastado por la guerra. Se trata de un nuevo gesto de preocupación por quienes viven las consecuencias del conflicto.
Ciudad del Vaticano, 3 de junio 2024.- En el corazón del Papa Francisco siempre ha estado la «atormentada» Ucrania, a la que dirige sus constantes pensamientos, invitando a rezar por la paz. Desde el inicio de la guerra han sido muchos los gestos de cercanía y solidaridad: desde la compra de generadores eléctricos hasta el envío de alimentos, camisetas térmicas y mantas. Siguiendo la estela de lo realizado en el pasado, el pasado sábado Francisco envió al país medicamentos de primera necesidad, destinados sobre todo a los heridos de guerra, por valor de cien mil euros, fruto de una importante donación que llegó a la Elemosineria Apostólica a través de una embajada de la Santa Sede. Una manera de estar al lado de un pueblo en grandes dificultades, probado por más de dos años de conflicto.
Atención a los que están en la calle
El cuidado de los marginados es la misión que el Papa ha confiado al Dicasterio para el Servicio de la Caridad y por eso, durante esta semana, se está activando en el Vaticano un servicio de reconocimiento médico para quienes trabajan en la calle. Se trata de medio centenar de personas que no tienen acceso al sistema sanitario nacional y que, en muchos casos, desconocen que pueden suponer un riesgo tanto para ellos mismos como para los demás.
Prevenir el cáncer de mama
La atención se centra también en la prevención, especialmente para las mujeres que viven en los márgenes, privadas de asistencia sanitaria y atendidas habitualmente por el ambulatorio «Madre di Misericordia» y el Dispensario Santa Marta. El pasado 18 de abril, un vehículo móvil de Komen Italia, asociación comprometida desde siempre en la prevención y la lucha contra el cáncer de mama, en sinergia con la Fondazione Policlinico Universitario Agostino Gemelli IRCCS y Gemelli Isola, brindó a unas cuarenta mujeres pobres la oportunidad de beneficiarse de pruebas diagnósticas para la prevención del cáncer de mama, como mamografías y ecografías mamarias. La experiencia bimensual se repetirá en junio. Para el cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, las iniciativas puestas en marcha son signo de un Evangelio que se hace prójimo, que mira a los que sufren sin mirar nunca hacia otro lado.