A la hora del Ángelus dominical, al final de la misa concelebrada en la Plaza de la Unidad de Italia de Trieste, el Papa Francisco se dirigió a «todos los pueblos que sufren a causa de la guerra». En una ciudad situada en la encrucijada entre Europa occidental y los Balcanes, el reto, dijo, «es conjugar apertura y estabilidad, acogida e identidad».
Ciudad del Vaticano, 7 de julio 2024.- Ucrania, Palestina e Israel, Sudán, Myanmar, pero también todos los pueblos que sufren a causa de la guerra estuvieron nuevamente en el centro de la oración del Ángelus en la que, desde la ciudad italiana de Trieste, el Santo Padre invocó a la Virgen venerada en el Santuario del Monte Grisa.
Asegurando sus oraciones a los presos, a los enfermos y a los emigrantes, el Papa calificó Triste como «puerta abierta a los emigrantes», con «vocación de acercamiento entre pueblos diferentes»:
“Es un puerto importante en la encrucijada entre Italia, Europa central y los Balcanes”
Los «papeles en regla”
El desafío para la comunidad eclesial y civil, señaló el Obispo de Roma al término de la 50ª Semana Social de los Católicos en Italia, «es saber conjugar apertura y estabilidad, acogida e identidad»:
Así que yo diría: ¡Tengan los «papeles en orden» para afrontar este reto! Como cristianos tenemos el Evangelio, que da sentido y esperanza a nuestras vidas; y como ciudadanos tienen la Constitución, «brújula» fiable para el camino de la democracia.
Sin concesiones sobre la dignidad
Por último, el Santo Padre instó a todos a ir «adelante, sin miedo»:
“Sin miedo, abiertos y firmes en los valores humanos y cristianos, acogedores pero sin compromisos sobre la dignidad humana. Con esto no se juega”
PAOLO ONDARZA