Frente al tacticismo sanchista de negar toda la evidencia referida a la corrupción generalizada en el Gobierno y en el Partido Socialista se opone la descriptible debilidad parlamentaria y política, se alza la perentoria necesidad del primer partido de España de presentar una alternativa (que también es alternancia) creíble y con capacidad para ofrecer a la nación lo que los ciudadanos demandan.
Durante la semana que agoniza, Feijóo –a propósito de la DANA y Teresa Ribera– ha mantenido sus principios (tan criticados) y ha servido para que el oficialismo sanchista, con PRISA a la cabeza, le haya sacado la piel a tiras. El hecho de que el Partido Popular Europeo (PPE) no haya secundado la posición del PP español en aras de no dejar a la Comisión de Von der Leyen mirando a la luna de Baviera. Mucho más grave hubiera sido para el futuro de los populares hispanos y su propia dignidad someterse a votar a una señora que la DANA valenciana ha dejado en evidencia política, técnica y humana. Ribera es con los hechos en la mano la gran responsable política de la gran tragedia.
La otra DANA de carácter político estalló en la mañana del pasado jueves, cuando Aldama decidió tirar de la manta mucho más que corrupta. Sinceramente, tampoco es ninguna sorpresa. Cualquier pituitaria medianamente ordenada podía intuir que tras Ábalos y su leñador Koldo se escondían sapos de color negro y repugnante. Nuñez Feijóo reaccionó como lo hace un jefe de la oposición que tiene la responsabilidad de dar un paso al frente. El hecho de ofrecerse para encabezar una alternativa parlamentaria (lo hicieron Sánchez&Ábalos en mayo del 2018) no es ninguna ingenuidad política, porque el jefe del Partido Popular puede ser lo que se quiera, pero no ingenuo. ¿Acaso Feijóo es consciente de lo difícil que es que Junts y PNV y el resto de los independentistas decidan degollar a Sánchez cuando están consiguiendo todo lo que quieren de un desahuciado Pedro Sánchez? No, señores, no. Pero su obligación es ofrecerse o en el mejor de los casos intentar que las cámaras sean disueltas ante el insostenible panorama que nos circundan. ¿Acaso Feijóo no sabe qué es muñir un bloque triunfante en una hipotética moción de censura con Vox, por un lado, y los independentistas por otro?
El asunto es que el PNV decidió liquidar a Rajoy cinco días después de haberle aprobado los Presupuestos Generales, porque dijeron estar asustados ante el bombazo mediático que supuso el caso Gürtel. ¿ Y ahora no? Cuando la podredumbre afecta al núcleo duro del Gobierno y la corrupción sanchista ha saltado a todos los grandes medios informativos del mundo.
Ahora, señores del PNV, ¿no? Claro, con Sánchez les caen todas las nueces en la bolsa…
En resumen, en la modesta opinión del escribidor, Alberto Nuñez Feijóo debe activar la moción de censura. Aunque la pierda. Al menos puede intentar que Sánchez diga una verdad, explique su auténtica relación con Aldama, Delcy y el resto de los olorosos corruptos, incluida su propia esposa, si es que lo fuera.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 23.11.21024