El periodista Israel González Espinoza se ha visto abocado al exilio por ejercer su profesión. Ha sufrido amenazas y un intento de agresión. No pierde la esperanza de regresar algún día a su país, pero no a corto plazo: «Estamos en un momento de incertidumbre. El Gobierno se ha atornillado en el poder y Ortega quiere cumplir a toda costa su mandato presidencial hasta 2021».
Desde algún lugar de Europa, que prefiere no desvelar por motivos de seguridad, Israel González Espinoza denuncia «el fuerte y permanente cerco en Nicaragua contra los periodistas». Lo ha experimentado en sus propias carnes, hasta el punto de que ha tenido que dejar su país y exiliarse para preservar su seguridad.
«El detonante fue una agresión física que sufrí estando con mi familia, y que gracias a Dios quedó en nada», asegura el periodista nicaragüense a Alfa y Omega. «Volvía del supermercado con mi padre y con mi hermana. Íbamos en el coche y al pasar por una zona oscura, en Managua, una piedra impactó contra la parte delantera del vehículo», asegura.
Sin embargo, el perpetrador erró el tiro porque «la piedra iba dirigida contra la ventana del copiloto, donde habitualmente me sentaba yo y donde en esta ocasión estaba sentaba mi hermana». Pero un cambio de velocidad provocó que «saliéramos ilesos del incidente».
En su exilio tuvo mucho que ver también la salida del país del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, muy crítico con el Gobierno de Daniel Ortega, estandarte de la libertad en Nicaragua y que fue llamado por el Papa Francisco a Roma después de que se conociera públicamente que estaba amenazado de muerte.
«A mí me relacionaban mucho con la figura de Silvio Báez y su marcha me provocó, como a gran parte de los nicaragüenses, un sentimiento de orfandad». Teniendo en cuenta ambos sucesos, además de las continuas amenazas en redes sociales, González Espinoza se vio abocado a despedirse de su familia y salir huyendo.
Una crisis humanitaria
Más allá de sus circunstancias personales, sobre la situación de Nicaragua el periodista latinoamericano –corresponsal en el país de www.religiondigital.org– asegura «que va más allá de una crisis política. Es una crisis humanitaria».
Desde abril de 2018, fecha en la que comenzaron las protestas contra el Gobierno de Ortega, han muerto 325 personas –594 según organismos locales y 199 según el Gobierno– según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Además, «tenemos 60.000 nicaragüenses viviendo en Costa Rica y otros 2.000 que han pedido asilo político en España –Israel entre ellos–».
A pesar de todo, Israel González Espinoza no pierde la esperanza de regresar algún día a su país y, ante todo, de que se pueda solucionar la situación. Sin embargo, «la crisis no se va a acabar a corto plazo. Todavía vivimos una psicosis colectiva por miedo al Gobierno. Estamos en un momento de incertidumbre. El Gobierno se ha atornillado en el poder y Ortega quiero cumplir a toda costa su mandato presidencial hasta 2021», concluye.
José Calderero de Aldecoa @jcalderero
(Foto: Israel González Espinoza)