La Ley Orgánica de Modificación de la LOE dio este jueves un paso clave en su tramitación, después de que el Congreso aprobara el proyecto de ley con 177 votos a favor, 148 en contra y 17 abstenciones. El texto, que se ha tramitado sin consenso alguno, elimina la demanda social y solo promoverá el incremento de puestos escolares en centros públicos.
Además, la asignatura de Religión se queda sin materia espejo y sin contar para la nota media y se crea una materia aconfesional: Cultura de las Religiones; el castellano deja de ser lengua vehicular; se vaciarán en diez años los centros de educación especial, y se fomentará la educación para la salud, incluida la afectivosexual.
Al conocerse la noticia, el cardenal Osoro lamentó en su cuenta de Twitter que avance una ley «elaborada sin consenso en este tiempo de desolación». «Me entristece especialmente que relegue a las familias y margine la dimensión trascendente», aseveró, antes de confiar en que «algún día alcancemos un pacto educativo como pide el Papa».
«No podemos legislar para domesticar e instaurar fuerzas que limitan libertades»
En la misma línea, el arzobispo de Madrid asegura en su carta de esta semana que «no podemos legislar para domesticar e instaurar fuerzas que limitan libertades», En el texto recuerda que los padres son los primeros educadores de los hijos, como ya quedó recogido en el Concilio Vaticano II, y que «tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos», según la Declaración Universal de los Derechos Humanos 1948. En esta misión, los padres necesitan la ayuda de la sociedad, que tiene un «deber subsidiario» –se lee en el documento conciliar– a fin de «completar la obra educadora» teniendo en cuenta sus deseos.
El purpurado llama a reflexionar sobre la LOMLOE, preguntándose, entre otras cuestiones, si aborda las necesidades reales «que surgen de esta nueva situación de la humanidad» o las que, «desde una ideología, estimamos»; si engendra más libertad o la limita «a la hora de elegir la escuela», y si reconoce la labor «de tantas instituciones de iniciativa social, que ayudan a formar hombres y mujeres limpios de alma, sanos de corazón y con miradas siempre esperanzadas».
En la sociedad actual, «que en muchos aspectos agrede al ser humano» y en la que «el poder, el tener y el usar determinan casi toda la vida del hombre», son «clave», concluye el cardenal Osoro, las escuelas y los educadores que «entienden la vida desde la visión cristiana del ser humano, abiertas a todos los hombres».
Infomadrid
(Foto: Más Plurales)