El arzobispo de Sydney explica a ZENIT lo que más importa a los jóvenes de su nación
Nunca hubiera imaginado que esto era lo primero en su mente…
En una entrevista con Zenit, concedida el 5 de octubre de 2018, en el Vaticano, durante los primeros días del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, el arzobispo Anthony Colin Fisher, de Sydney, dijo esto al reflexionar sobre los temas “a lo que él está dando una voz” para los jóvenes de su país, y el problema principal en particular.
Cuando se le preguntó qué es lo que más le importa a su joven rebaño, el arzobispo australiano, que había organizado la 23ª Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, expresó cómo intentaron descubrir esto.
“Lo que hicimos en Australia para llegar al corazón de lo que piensan los jóvenes era tener encuestas en línea, foros en nuestro festival juvenil, sesiones de audición diocesana, teníamos muchas maneras diferentes de involucrar a diferentes grupos de jóvenes”.
Los investigadores sociales, dijo, reunieron a todos los obispos de manera objetiva y les devolvieron lo que los jóvenes decían.
Significado, identidad, felicidad
“Fue bastante interesante. Por ejemplo, “continuó,” el mayor problema que surgieron fueron los problemas de salud mental “, que muchos jóvenes sufren de depresión, ansiedad, baja autoestima, problemas con los trastornos de la alimentación y otros problemas relacionados”.
“Nunca hubiera imaginado que este era el primer problema en su mente”, dijo, y enfatizó: “Se preocupan mucho por los problemas de salud mental”.
“Otra área que les importa mucho”, dijo, “fue en relación con los problemas de identidad, su identidad étnica”.
“Tenemos muchos grupos de inmigrantes y migrantes en Australia”, dijo, y señaló: “ellos y la próxima generación están tratando de resolver el problema, ¿qué soy yo? ¿Soy de Australia? ¿Soy italiano? ¿Soy africano? ¿Soy indio? ¿Qué soy yo?”
Relaciones significativas
También están tratando de entender –dijo– no solo su identidad étnica, sino también su identidad sexual e identidad espiritual. “Estos problemas –señaló– de cómo decido quién soy y qué me importa, son muy importantes para los jóvenes en Australia.
La tercera área que les importa mucho –declaró el arzobispo Fisher– tiene que ver con los “problemas de relación”.
“Están preocupados por estar solos. ¿Cómo encuentran a la persona adecuada para ser su pareja de por vida, con suerte a través del matrimonio y una familia, especialmente cuando han visto tantas relaciones deshacerse, y tal vez incluso su familia no ha ido tan bien…”.
“Me imagina que era algo latente, pero no esperaba que fuera necesariamente tan prominente, y con esta ansiedad: ¿Encontraré a la persona adecuada? ¿Seré feliz? ¿Tendré un grupo de apoyo de personas a mi alrededor que me quieran?”
Preguntas más existenciales
Estas –señaló– son las preguntas que resuenan en la mente de nuestros jóvenes, admitiendo: “Pensé que serían más elementos, como averiguar cuál será mi trabajo, dónde voy a vivir”.
“Estos también son grandes problemas –indicó–, pero sus preguntas son un poco más existenciales, en su mente, más profundas, sobre la felicidad y el significado, en el corazón de sus vidas.
Respecto a sus preocupaciones de salud mental, el arzobispo compartió: “Cuando informamos de esto a los obispos de todos los países del Pacífico, los obispos de Nueva Zelanda dijeron: ‘Es cierto. Eso es exactamente lo que piensan nuestros jóvenes también’ “.
“Mientras que los de los pequeños países insulares son como:” ¿Qué? ¿Quién tiene tiempo para estar deprimido? Solo nos preocupa cómo vamos a alimentarnos… si su isla podría hundirse bajo el agua … “Así que –observó– es muy diferente un país de otro”.
Un verdadero sentido que la Iglesia puede aportar
Cuando se les preguntó cómo creen que la Iglesia debería ayudarlos a lidiar con estos problemas de salud mental, dijo: “Creo que querían que entendiéramos que esto les preocupa. Pero creo que hay un sentido real, a partir de los comentarios de nuestros jóvenes, de que podemos ayudar”.
“A menudo, en el corazón de estos temas hay preguntas sobre la espiritualidad, sobre dónde encuentro sentido en la vida, dónde encuentro la esperanza. Estoy tan ansioso todo el tiempo, y no sé si hay un Dios, alguien que me quiera, alguien a quien pueda acudir en busca de ayuda”.
“Creo que nos pedían que hiciéramos más para ayudar cuando los jóvenes están deprimidos o ansiosos, o tienen problemas de autoestima”.
Por supuesto –dijo– este no es un trabajo que sea solo para la Iglesia dependiendo de la naturaleza, las circunstancias, ya que los profesionales médicos, psicólogos, expertos, etc, pueden ser necesarios, “pero hay un componente espiritual y podemos ayudar a realizarse al otro también”.
Abusos sexuales
Al preguntar si los abusos estaban también entre esas preocupaciones principales, el arzobispo observó que no lo estaban, ciertamente no en el mismo grado.
“Solo en la medida en que dirían, por ejemplo, ‘No sé en quién confiar’, a quién acudir, cuando los presionó: ‘¿Por qué no a la Iglesia?’ Entonces ellos pueden decir:” Bueno, yo me han contado todas estas cosas. No estoy seguro de poder confiar en la Iglesia’”.
“Entonces, fue una especie de problema indirecto”, destacó el arzobispo dominico, diciendo: “Estaba en el fondo de estos temas, aunque no en primer plano”.
“Creo que el problema del abuso, que se hizo a los jóvenes, fue durante los años 60, 70, 80, en gran medida los casos que conocemos. Así que ahora tienen mi edad esas víctimas. Eso fue exactamente cuando yo era una persona joven. Por lo tanto, es bastante distante para nuestros jóvenes, a pesar de que ha afectado nuestra confianza”.
Ayer, el arzobispo Fisher, durante su intervención en el Sínodo, se disculpó por los fracasos de la Iglesia. Hoy, dijo, cree que es necesario pedir perdón, por esta vergüenza.
Aquí pueden leer su intervención de ayer en el Sínodo (en inglés): Intervención del Arzobispo Fisher
DEBORAH CASTELLANO LUBOV